Uriarte exige que la crisis no condicione las ayudas a los países pobres

Diario de noticias de Gipuzkoa, ruth gabilondo, 19-01-2009

Donostia. “¿Es humano y cristiano que los débiles sean los más castigados por la crisis?”. Con estas palabras solicitó ayer el obispo de Donostia, Juan María Uriarte, que la coyuntura económica no provoque que las distintas instituciones “recorten o congelen las ayudas oficiales” destinadas a los países en vías de desarrollo. Uriarte realizó esta petición en una homilía celebrada en la parroquia San Pío X en el barrio donostiarra de Gros, con motivo del Día Mundial del Inmigrante y el Refugiado, donde recordó que, con subvenciones, este colectivo puede salir “de la pobreza severa”.

El prelado consideró que para que el fenómeno de la inmigración “no se vuelva crónico” es preciso que “se multipliquen las oportunidades en los países de origen” de los inmigrantes. Para ello, según aseguró, las ayudas de los gobiernos y de las ONG que operan en el Tercer Mundo deben ser “más generosas”.

“¿Es justo que quienes han contribuido con su trabajo y sus servicios a nuestro bienestar y han fortalecido la caja económica de la Seguridad Social sean los primeros en quedarse en la calle, sin trabajo y sin pan?”, lamentó Uriarte en la eucaristía, al tiempo que aseguró que “nuestra crisis” no puede afectar a este colectivo. El obispo insistió en que es “un imperativo de la conciencia cristiana” aceptar ser “un poco menos rico” para que los inmigrantes, que vienen “fascinados por un paraíso no real”, puedan ser “un poco menos pobres”.

No obstante, Uriarte advirtió de que las necesidades que tiene actualmente este colectivo, que prevé que aumenten en los próximos meses, “desbordan” las posibilidades de la Iglesia diocesana. Según explicó a lo largo de la misa, el servicio de Cáritas registra cada día un mayor número de llamadas de inmigrantes que requieren de ayuda para salir de grandes apuros, “incluso para comer”. Por ello, exigió a las instituciones públicas que se “empeñen profundamente” en avanzar en esta problemática.

Asimismo, el obispo de Donostia quiso dejar claro ante sus feligreses que el colectivo extranjero “ha aportado más soluciones que problemas” a esta sociedad.

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