Sarkozy convierte su remodelación ministerial en una entrega de premios

El Mundo, RUBEN AMON. Corresponsal, 16-01-2009

Dati conserva Justicia, mientras que el ex socialista Besson se ocupará de Inmigración París


Nicolas Sarkozy se ha puesto los guantes de seda para retocar el Gobierno francés. Es la primera reorganización que el presidente organiza en el Ejecutivo desde su llegada al poder (mayo 2007), aunque la ha planteado en los términos de una entrega de medallas y de diplomas.


Hasta el extremo de que no ha depurado a un solo ministro. El de Trabajo, Xavier Bertrand, sale del Gobierno para convertirse en el secretario general del partido en el poder (UMP), de modo que su marcha, entendida como un premio, ha obligado a organizar un moderado y silencioso baile de sillas.


Empezando por el sarkozysta Brice Hortefeux. Hasta ayer ocupaba la cartera estratégica de Inmigración e Identidad Nacional, pero sus méritos ministeriales y las 29.000 expulsiones de inmigrantes ilegales que promovió el pasado año le han llevado a la poltrona de Xavier Bertrand. Se trata de una condecoración. Tan brillante y reluciente como pequeña respecto a las verdaderas aspiraciones de Brice Hortefeux. Y es que el ministro – patriota aspiraba a convertirse en el nuevo titular de Interior.


El recambio habría implicado la defenestración de Michèle Alliot – Marie.No le han faltado ganas a Sarkozy, pero cargarse a la ministra dejaría sin asientos a los minoritarios chiraquistas y podría interpretarse como una prueba de la incompetencia del Gobierno en una cartera sumamente crucial.


La misma sensación de crisis habría desprendido la ejecución de Rachida Dati. Más aún considerando la impopularidad que implicaría dejar sin trabajo a una madre de 43 años que acaba de dar a luz.En efecto, la ministra de Justicia conserva el cargo. Y lo hace sin excesivas garantías, puesto que el verdadero reajuste ministerial de Nicolas Sarkozy va a llevarse a cabo en junio, al abrigo de los comicios europeos.


Mientras tanto, el Ejecutivo remozado llama la atención por el peso que adquieren las personalidades socialistas. Martin Hirsch, ya alto comisario de la Solidaridad, se adjudica además las responsabilidades de la comisaría de Juventud, mientras que Eric Besson, secretario de Estado de Evaluación de Políticas Públicas, sustituye a Brice Hortefeux como ministro de la Inmigración de la Integración y de la Identidad Nacional.


Era una promoción esperada y, al mismo tiempo, sorprendente.Entre otros motivos porque Besson, ex miembro del Partido Socialista y asesor de Ségolène Royal antes de cambiarse de bando, se había significado particularmente en 2007 contra la política de inmigración de Nicolas Sarkozy, entonces aspirante al Elíseo y ministro de Interior.


«Es un personaje pasado de vueltas y poco efectivo. Que además se acerca a las posiciones de Le Pen. La realidad es que Sarkozy no cree en el modelo republicano de integración. Peor aún, quiere desmantelarlo», escribía Eric Besson en la no tan remota primavera de 2007.


Las nuevas obligaciones en el Ejecutivo le obligan desdecirse y atenerse a la doctrina sarkozysta, como también sobreentiende la indignación de los camaradas del PS que consideran a Besson un tránsfuga y un correveidile del presidente de la República a fuerza de someterse en el redil.


El problema es que Nicolas Sarkozy ha preparado una nueva sorpresa a los rivales de la izquierda. Suya ha sido la idea de convertir a Jack Lang, ministro de Cultura mitterrandista, en embajador de Francia ante la ONU, es decir, ocupando el asiento permanente en el Consejo de Seguridad.


La iniciativa tiene pendiente la respuesta de Lang, aunque no es la primera vez que el jefe del Estado galo se moviliza para promocionar a un socialista en las grandes poltronas internacionales.Sirva como ejemplo el de Strauss – Kahn, cuyo nombramiento hubiera sido menos probable sin el apoyo institucional que le concedió Sarkozy en julio de 2008.


Es una manera de demostrar la apertura del presidente y su talante conciliador, aunque la estrategia también sirve para desnaturalizar la oposición y arrebatarle sus figuras de mayor peso político.


¿Cuál será la respuesta de Jack Lang?

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