barcelona – Nadie quiere asumir la culpa de lo sucedido el sábado en un partido de Ter – cera Regional en el que diez jugadores del Rosario Central acabaron en el hospital tras ser agredidos por sus rivales del Bada Bing, un equipo integrado por miembros de los «Boixos Nois» y «skins» presentes en las gradas. Los Mossos d¿Esquadra se defienden asegurando que no recibieron ningún aviso previo a pesar de los antecedentes de los radicales, mientras que la Federación Catalana (FCF) insiste en que sí se produjo un aviso a la Policía Autonómica para que actuara.
Los Mossos explicaron ayer que a las 21:31 del sábado fueron avisados sobre una discusión en un partido de fútbol, pero no actuaron, ya que nadie les había avisado de que fuera un partido de alto riesgo. Poco después, otra llamada les informó de la pelea y ocho minutos después se personaron en el campo, donde se encontraron con una unidad de la Guardia Urbana que ya había puesto orden. El domingo, el día posterior a la agresión, los Mossos recibieron la denuncia por par – te de las víctimas, por lo que se ha iniciado una investigación de los hechos.
Desde la Federación Catalana se pasa la patata caliente al cuerpo policial. Ayer se reunió de urgencia la Comisión Antiviolencia de Cataluña y también se ha abierto una investigación. El alcalde de Barcelona, por su parte, informó de que el Ayuntamiento se personará como acusación en la causa judicial si se confirma el móvil racista de la agresión.
Desde el Rosario Central insisten en pedir explicaciones por la ausencia de los Mossos. Su presidente, Ernesto Sukerman, se reunió ayer con el pre – sidente de la FCF, Ricard Campoy, para buscar respuestas a lo ocurrido, y queda a la espera de la «respuesta de las instituciones».