El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, presentó ayer el balance anual de la lucha contra la inmigración ilegal. Destacó el importante descenso que se ha producido: un 25,6%. Y achacó lo que calificó como «éxito de la política de inmigración» a «que está bien diseñada»; a que «los acuerdos de cooperación internacional con los países de origen, principalmente con Marruecos y Senegal, empiezan a funcionar», y a que «casi nadie entra ya en España sin que le veamos».

En Canarias, principal puerta para la inmigración ilegal de subsaharianos, es donde se ha experimentando la bajada más llamativa. Por sus costas penetraron en 2006 un total de 31.678 personas. En 2007 se redujo este tráfico de ilegales a 12.478 y en 2008 ha sido de 9.181. En dos años el descenso se ha situado en un 71%, con cotas inferiores a las de 2004. También se redujo la entrada de irregulares por la Península y Baleares situándose en 4.243, un 23,9% menos que en 2007 (5.579) y un 43,4% menos que en 2006 (7.502). Para ver cifras similares hay que remontarse a 2002.

Menos repatriaciones

Rubalcaba, siempre atento a los titulares de prensa que sus intervenciones pueden provocar, sentenció: «Ahora llegan menos y salen más y es porque las políticas puestas en marcha con los países de origen poco a poco van dando resultado». En este sentido señaló que en 2008 «se ha repatriado a inmigrantes ilegales de 29 nacionalidades, frente a 22 en 2007». Remarcó que han sido «especialmente significativos los aumentos de las repatriaciones de ilegales de Nigeria, Mali, Mauritania y Guinea Conakry». Otros descensos llamativos se produjeron entre marroquíes y senegaleses.

Sin embargo, en términos globales se realizaron un 17% menos de repatriaciones. En total, éstas afectaron a 46.426 ilegales. De ellos, 17.317 (un 28,9% menos que en 2007) fueron rechazados en los puestos fronterizos, sobre todo puertos y aeropuertos. Otras 6.178 fueron expulsados de España en virtud de acuerdos con terceros países (un descenso del 1,1%).

Se realizaron, además, hasta 10.616 expulsiones de inmigrantes, a los que repatrió en aplicación de la Ley de Extranjería, principalmente a través de expedientes administrativos derivados de su estancia ilegal (un aumento del 12,1%).

Y, por último, se completaron 12.315 devoluciones de personas que intentaron penetrar en España por puestos no fronterizos (una disminución del 22,4%).

También puso Rubalcaba el acento en el incremento de las fuerzas policiales (15.710 efectivos en la actualidad); en la ampliación del Sistema Integrado de Vigilancia Exterior, que en 2009 llegará a Levante y Baleares, y en el crecimiento de los fondos europeos para luchar contra la inmigración ilegal, con un presupuesto de 101 millones de euros para España a ejecutar entre 2009 y 2010.

Y, para concluir, filosofó un poco: «Nuestro país seguirá teniendo una importante presión migratoria a pesar de la crisis económica y a la escasez de ofertas de trabajo, porque la situación en África es tremenda y que haya o no trabajo en España allí importa muy poco porque lo que quieren es salir de la miseria».