Avalancha en la comisaría
El cambio en la situación laboral de rumanos y búlgaros y las renovaciones de permisos saturan las oficinas de extranjería
Las Provincias,
,
11-01-2009
Las oficinas de extranjería sufren estos días una auténtica avalancha humana, protagonizada especialmente por inmigrantes procedentes de Rumanía y Bulgaria. El motivo es que desde el pasado 1 de enero ya son ciudadanos de pleno derecho de la Unión Europea, una vez que ha expirado la moratoria aplicada por el Gobierno español, que empezó a funcionar en 2007 con el objetivo de restringir la llegada de inmigrantes del Este tras la entrada de los dos países en la UE.
Tal y como informaron fuentes de la Delegación del Gobierno en la Comunitat, se ha producido un aumento en la asistencia de personas de estas dos nacionalidades a la comisaría de Patraix, donde se centralizan los trámites relacionados con la extranjería. En realidad se trata de un error, ya que estos ciudadanos piensan que deben realizar algún trámite administrativo en relación a su nueva situación, aunque desde la comisaría se les informa de que el cambio en su condición es automático, por lo que los funcionarios se limitan a darles folletos informativos.
En 2007, tras la entrada de ambos países en la UE, España decidió establecer una moratoria de dos años. El efecto que tenía entre los potenciales inmigrantes es que estos no tenían derecho a trabajar por cuenta ajena en territorio español, en aras de regular el flujo migratorio hacia el país. Ahora, con su nueva situación legal, pueden trabajar en la modalidad que prefieran y no sólo como autónomos, como ocurría hasta ahora.
La medida tuvo una repercusión relativa en la Comunitat, teniendo en cuenta la gran cantidad de inmigrantes rumanos y búlgaros que se han establecido en la región. Según los últimos datos del padrón, el colectivo rumano ya es el segundo con mayor representatividad en la autonomía, sólo por detrás del británico.
No es la única causa que ha motivado el aumento del volumen de trabajo en las oficinas de extranjería. Tal y como apuntan las asociaciones de inmigrantes, a principios de año se cumple el plazo de muchos extranjeros que deben renovar su tarjeta de residencia, o incluso que tienen la posibilidad convertir su situación en permanente. De ahí se explican las colas en las puertas de estos departamentos.
Hay otras causas, como añaden desde la asociación de inmigrantes latinoamericanos Rumiñahui. Según su portavoz, Hernán Constante, la intención del Gobierno de modificar la Ley de Extranjería, que será más restrictiva, ha hecho que muchas personas acudan para conseguir la residencia a través de la figura del arraigo. Para ello, es necesario haber residido tres años en España y demostrar que han conseguido integrarse, bien a través del asociacionismo o mediante la asistencia a cursos formativos.
Otra de las peticiones que más se están dando durante el inicio de 2009 es en relación al retorno voluntario de inmigrantes. Muchos extranjeros que tienen problemas laborales deciden volver a su país por sus propios medios, no sin antes conseguir la tarjeta de retorno que les permita instalarse en la Comunitat en caso de no tener suerte. “La situación laboral en nuestros países de origen también es mala, y la crisis también ha llegado allí”, concluye Constante.
(Puede haber caducado)