■ La zona se convirtió en el “cementerio” más grande del mundo, afirma legislador

Murieron 700 migrantes en 2008 en la frontera con Estados Unidos

■ Al menos 135 mil niños abandonados en esa nación por deportaciones de uno o ambos padres■ La comunidad hispana es la más afectada por la debacle económica, asegura diputado priísta

La Jornada, Ángeles Cruz Martínez, 10-01-2009

Durante 2008 murieron 700 mexicanos en el intento de cruzar hacia Estados Unidos, con lo cual la frontera se convirtió en el “cementerio” más grande del mundo. Además, 135 mil niños están abandonados en el país vecino a causa de las deportaciones de uno o ambos padres que carecen de residencia legal. Estos son los temas que debe impulsar el gobierno de México ante su homólogo estadunidense, señaló el diputado Edmundo Ramírez Martínez, secretario de la Comisión de Asuntos Migratorios.

En particular se refirió a la reunión de Felipe Calderón Hinojosa y Barack Obama el lunes próximo en Washington, y planteó que otros asuntos de la agenda son seguridad y tráfico de drogas y armas. Al respecto, el coordinador de los legisladores priístas, Emilio Gamboa Patrón, dijo que el encuentro es una señal positiva y un reconocimiento de la importancia de México como socio fundamental de Estados Unidos.

Aunque ya son tradicionales los encuentros entre quien resulta presidente electo de la nación vecina y el gobernante mexicano en funciones, la reunión Calderón – Obama es señal de que al sucesor de George W. Bush le interesa estrechar relaciones con un socio fundamental para el desarrollo económico, político y social de su país. Admitió, sin embargo, que siempre los encuentros con el Ejecutivo estadunidense son complejos y difíciles.

El impacto de la crisis económica

Ramírez Martínez también comentó sobre el impacto de la crisis económica estadunidense entre los migrantes, la cual se empezó a reflejar en la pasada temporada vacacional. Dijo que vino a México un número menor de migrantes de lo que se esperaba y los ingresos económicos por esa vía se redujeron 50 por ciento en comparación con el invierno de 2007.

Comentó que, a diferencia de otros años, en los que en las comunidades expulsoras de migrantes había “toda una fiesta, con comercios abiertos y una dinámica económica importante que ayudaba a todos”, en la temporada vacacional que apenas concluyó fue diferente. De hecho, subrayó, localidades y municipios “a lo largo y ancho del territorio se vieron convulsionados”.

En entrevista, el legislador priísta se refirió a un reporte del gobierno estadunidense según el cual la comunidad hispana es la más afectada por el desempleo en aquel país e involucra tanto a residentes legales como a indocumentados.

Sobre el retorno de los connacionales, Ramírez Martínez declaró que había la expectativa de que vendrían alrededor de millón y medio con motivo de las fiestas decembrinas. Sin embargo, llegaron aproximadamente un millón 200 mil. En el ámbito económico, recordó, en el invierno 2007 – 2008 los ingresos por regalos, mercancías, vehículos y dinero en efectivo sumaron cinco mil millones de dólares.

Tomando como referencia sólo el dinero en efectivo, el diputado señaló que en 2007 los paisanos trajeron a sus familias mil millones de dólares. En 2008 la cifra se redujo a la mitad. Entonces, indicó, la crisis económica es real y los migrantes están regresando, pero sólo de manera temporal. No tienen la intención de quedarse en México.

Otro asunto que afecta a los connacionales que deciden cruzar la frontera en busca de mejores oportunidades son los grupos de odio en Estados Unidos, los cuales han aumentado de manera exponencial. El diputado aseguró que en 2006 había 300, y ahora se contabilizan mil o mil 200 diseminados por toda la nación.

Respecto de las deportaciones, dijo que el año pasado 400 mil mexicanos fueron regresados al país y alrededor de 135 mil niños se quedaron abandonados por esa causa. A pesar de lo grave del asunto, ningún gobierno se ha referido a él.

Ante este panorama que incluye otros temas, como la militarización de la frontera y la intención de gravar las remesas de los migrantes en algunos estados como Texas, Calderón Hinojosa debe tratar de obtener un pronunciamiento claro sobre México, que hasta ahora no ha hecho.

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