Condenan a cuatro inmigrantes por traer 200 kilos de hachís en una zódiac
El Juzgado de lo Penal número Dos ha sentenciado a cuatro años de prisión a cada uno de los acusados de transportar desde Marruecos a Montaña Roja, en mayo de 2007, ocho fardos que contenían 884 tabletas de hachís y que arrojaron al mar, de donde fueron recuperados por agentes de la Guardia Civil.
El Día, , 09-01-2009El Juzgado de lo Penal número Dos de la capital tinerfeña ha condenado a Hassan E., Cheiikh N., Mohamed Q. y Elmokhatari B. a cuatro años de prisión y al pago de una multa de 500.000 euros al ser considerados autores de un delito contra la salud pública al haberse prestado a transportar 200 kilos de hachís en una zódiac desde Marruecos hasta Montaña Roja, en El Médano (Granadilla de Abona), con la intención de distribuirla entre consumidores habituales y que fueron descubiertos por un pescador cuando se encontraba faenando en la zona, y que decidió llamar al 112.
Según se hace constar en la sentencia, el día 18 de mayo de 2007, los acusados llegaron a bordo de una zódiac sin matrícula dotada con un motor fuera borda y un GPS que llegó a la zona costera de Montaña Roja procedente de la costa africana y transportando ocho fardos de hachís.
Los fardos fueron según el texto legal arrojados al mar de forma que el día 16 de mayo de 2007 se detectaron siete de ellos y, el día 18, se encontró el octavo. En total, los ocho fardos tenían en su interior 884 tabletas de hachís con un peso de unos 200 kilos cuyo valor en el mercado ilícito representa un total de 332.988 euros.
La testifical.- En la sentencia se recoge que quedó acreditado durante el juicio oral que los guardias civiles que declararon comentaron que la central les había comunicado que había un barco en Montaña Roja y que no podían acceder a la costa y que tuvieron que usar una embarcación auxiliar, y al llegar vieron una zódiac de color negro y a cuatro señores. Los agentes visualizaron siete fardos y los trasladaron al muelle de Amarilla Golf (San Miguel). Un agente declaró que “la droga estaba compacta. Si los fardos hubiesen llevado más tiempo en el agua hubieran creado musgo, en dos o tres días”.
Los procesados se acogieron a su derecho a no declarar, por lo que el Ministerio Fiscal solicitó que se diera lectura en el idioma de los acusados y en español, ya que al ser extranjeros tienen derecho a escuchar el proceso.
El pescador.- Un pescador de la zona que declaró tras un biombo fue el que indicó a los tripulantes de la patrullera “Río Gallo” de la Guardia Civil trasladada al lugar que “no me gustaban los bultos del fondo del mar que se veían. Yo estaba faenando y de mi barca vi la zódiac en tierra y a estas personas, que al oír el motor se levantaron porque estaban tumbados en la playa. Cuando los estaban subiendo a la patrullera les dije a los guardias que no me gustaban esas cosas que había en el fondo”.
La sentencia, además, recoge que “todo nos lleva a pensar que los mismos refiriéndose a los ocho fardos fueron arrojados al mar por los acusados debiendo llevar escaso tiempo sumergidos en el agua para no ser vistos por la Guardia Civil y dada la escasa distancia en la que fueron encontrados a los acusados, coincidiendo en este sentido el testigo y los guardias civiles, es por lo que nos lleva a pensar que la droga pertenecía a los acusados con el propósito del tráfico ilegal de esta sustancia en la Isla”. Asimismo, se hizo la prueba de droga dentro de la zódiac y dio positivo.
Uno de los agentes manifestó esta zona de las calificadas como “calientes”. Lo cierto es que la zódiac estaba varada, los cuatro acusados tirados en la playa y los bultos sumergidos en el agua a cinco metros. Las defensas recurrirán el fallo de la sentencia.
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