Una sola expresión sacada de contexto dentro de las declaraciones de José María Aznar a la revista «Vanity Fair», la referida a que la elección de Obama ha supuesto «un exotismo histórico», sirvió para que el PSOE la emprendiera una vez más contra el ex presidente del Gobierno y emitiera un comunicado firmado por el vicesecretario general, José Blanco, en el que decía que veía en las palabras de Aznar «claras raíces racistas». Y ese pronunciamiento apresurado ha merecido respuesta del presidente de FAES, que ayer difundió una nota en la que adelanta su intención de querellarse contra Blanco.

En su comunicado, Aznar reacciona a lo que considera «lamentables e intencionadas malinterpretaciones sobre el reportaje publicado en una revista acerca de mi actividad académica en la Universidad de Georgetown» y hace constar que «desde las primeras líneas del reportaje de diez páginas, afirmo que la victoria de Barack Obama supone un cambio absolutamente histórico para Estados Unidos: «Es la prueba de que el sueño americano todavía existe por mucho que algunos se empeñen en decir que la crisis ha acabado con él. Obama es una persona de raza negra que ha llegado a ser presidente de Estados Unidos, lo que es un cambio extraordinario para ellos». Éste y no otro es el verdadero sentido que quise dar, y doy, a mis consideraciones sobre el resultado electoral en este país. Prueba de ello es que estas reflexiones son las escogidas para el arranque del reportaje». Añade después que «tras su triunfo electoral, trasladé a Barack Obama mi felicitación por su «brillante victoria», al tiempo que le deseé el «mejor de los éxitos»».

«Obsesión enfermiza»

Por eso, concluye, «sólo quienes tienen una obsesión enfermiza hacia mi persona, pueden confundir el verdadero sentido de mis palabras y tacharlas de racistas, tal y como se recoge en un comunicado enviado por el vicesecretario general del PSOE». En consecuencia, adelanta, «he dado instrucciones a mis abogados para que de manera inmediata estudien emprender todas las acciones legales contra quien ha pretendido injuriarme con tales manifestaciones». Y expone lo que, en su opinión, hay detrás de esta operación: «Resulta obvia la burda intencionalidad política de unas acusaciones efectuadas en relación con un reportaje publicado hace casi un mes para tratar de desviar la atención de los problemas reales del país, como lo son los más de tres millones de parados que ya hay en España».