«El Viejo», juerguista y rey del laboratorio

ABC, 09-01-2009

POR ALEJANDRA DE VENGOECHEA

BOGOTÁ. A Leónidas Vargas lo conocían en Colombia como el rey del procesamiento de droga. Pocos como él sabían camuflar e industrializar toneladas de cocaína en rústicos pero al mismo tiempo sofisticados laboratorios mimetizados en las selvas del sur de Colombia. En su provincia, Caquetá, fortín hace muchos años de los narcoguerrilleros de las FARC, Vargas se convirtió en los noventa en el «redentor» que todo lo pagaba. Escuelas, estadios, hospitales, orfanatos. Una simple tapadera. Nadie quería saber cómo de modesto expendedor de carne pasó a tener miles de hectáreas de ganado a lo largo y ancho de Colombia. Socio de varios capos, entre ellos Pablo Escobar, el abatido jefe del Cartel de Medellín, Vargas, tras varios años de persecución, fue arrestado en 2001 en la costa del Caribe durante una ruidosa fiesta, como a él le gustaba. Fue entonces cuando confiscaron más de 135 inmuebles situados en ciudades colombianas, cuatro vehículos, dos cuentas bancarias y tres sociedades de propiedad de Vargas.

Además de su pericia en laboratorios de procesamiento de droga, en buscar nuevas rutas para exportar cocaína, Vargas, alias «El Viejo», se destacaba por los excesos. Famosa era su casa en Bogotá, la capital colombiana, pues en ella había construido una piscina en forma de la provincia del Caquetá. Hoy esa casa es el escenario de filmación de varias novelas de televisión que hablan sobre los capos. Asimismo, cuando estuvo encarcelado, puso en jaque a las autoridades carcelarias tras pedir que le permitieran grabar 5.000 CD y 3.000 casetes con veinte canciones, cinco de ellas de su propia inspiración. «Mi voz es favorable para interpretar este tipo de canciones rancheras, que requieren de tonos graves y agudos y de largos compases musicales. La grabación se titularía «Cuatro años de prisión» y tendría un coste de doce millones de pesos (6.000 dólares de la época), los cuales serían asumidos por mí», escribió entonces.

Aunque la petición fue negada, tras recobrar su libertad en 2002, Vargas volvió a dar de qué hablar en 2006, cuando fue detenido en Madrid con un pasaporte falso frente a un hotel. Su idea: viajar a la final del Mundial de Fútbol en Alemania, otra de sus grandes pasiones, aparte de las mujeres y el alcohol.

LEÓNIDAS VARGAS VARGAS

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