Infravivienda
Amontonados en un «piso patera»
La Voz de Galicia, , 06-01-2009En A Coruña hay viviendas con un único baño en las que se realquilan habitaciones a 250 euros mensuales y en las que se hacinan decenas de personas
En A Coruña hay viviendas con un único baño en las que se realquilan habitaciones a 250 euros mensuales y en las que se hacinan decenas de personas
Rosa tiene una casa en el barrio de La Teja, en Montevideo. Licenciada en informática, trabajaba en la fábrica de muebles La Aurora. La crisis que comenzó a azotar Uruguay a finales de los noventa hizo que en 1999 ella y su marido, un ingeniero hijo de gallegos de Pontevedra, hicieran las maletas para regresar a España. Ahora en La Teja residen sus dos hijos y ellos sobreviven «acá» , en una habitación realquilada que antes fue la mitad del salón de un inmueble en el que también viven otras ocho personas. Ese piso patera (vivienda compartida que alberga a toda la gente que pueda caber) está en el entorno de la plaza del Comercio, en A Coruña. Pero no es el único que hay en el barrio del Agra del Orzán. Hay calles en las que se puede encontrar hasta uno de estos pisos por bloque de edificios. Gente con sueldos bajos, beneficiarios de la renta de integración social de Galicia (Risga), emigrantes que carecen de avales para acceder a un piso de alquiler, marineros extranjeros que están únicamente unos días al mes en tierra o inmigrantes irregulares son los perfiles de sus ocupantes.
Rosa es una de ellos. Utiliza ese nombre falso porque quiere blindarse ante la opción de ser descubierta y perder el lugar en el que vive y por el que paga 210 euros al mes. «Nuestra habitación es de las más baratas y de las mejores. La ventana da a la calle. Llevamos ya ahí varios años – explica – y por eso tenemos esa tarifa. Ahora ya están pidiendo 250 o 280 euros». La cocina y el baño son compartidos. Un único inodoro para diez personas en un inmueble de tres habitaciones que, por obra y gracia de un tabique y por la pérdida del salón, ganó otras dos estancias. «Es un asco vivir en este estado, compartiendo con tanta gente, pero es lo que hemos podido encontrar. Y menos mal que tenemos esto. Nos echan y ¿a dónde vamos?», comenta esta mujer de 44 años. Con sus vecinos se llevan bien. No hay ningún problema porque, como dice Rosa, «no hay otro remedio».
Avales para alquilar
No le importaría pagar un poco más y estar en un piso, pero el elevado precio de los avales que reclaman los dueños o las inmobiliarias, y que llegan hasta los 10.000 euros, le hizo descartar esa opción. Eso es lo que lleva a muchos a elegir esta fórmula de piso compartido en el que, en la mayor parte de los casos, no hay preguntas y tampoco papeles por medio. «Aquí también hay que pagar dos meses por adelantado y la fianza, luego no hay ningún papel, ni nos dan recibo», comenta.
Las viviendas de la bolsa de alquiler son otra de las opciones con las que juega, pero acceder a uno de estos inmuebles lo ve todavía como algo lejano. «Llevo inscrita desde hace tres años, fui a mirar cómo iba la lista hace una semana y aún hay delante 4.622 personas», asegura.
Con todo, están mejor en España que en Uruguay. Por eso volvieron. «Allí no se podía vivir. No podías pagar cuatro euros al cambio por un kilo de pan. Hay que tener en cuenta que lo que gana allí el director de un banco al cambio son 800 euros. Por eso decidimos regresar», comenta.
Aquí en España viven «haciendo milagros». Esta informática, a la que no le convalidan el título, tiene una paga Risga de 368 euros. Su marido, que se dedica a trabajar en la construcción, está de baja y cobra 300. Con ese pequeño sueldo logran pagar el alquiler, enviar unos cien euros mensuales a Uruguay y cubrir el resto de gastos. «Claro, no puedes ir por ahí, pero vamos a las actividades que organiza Caixa Galicia y que son gratuitas, para mandar correos electrónicos acudimos a lugares que son gratuitos, en Cáritas nos dan un vale con el que podemos ir a la cocina económica por comida y la traemos en un tupper », comenta. Lo que reconoce es que aquí hay opciones, pero hay que buscarlas.
(Puede haber caducado)