«El mayor choque cultural lo vemos en el respeto y el cuidado a los mayores»
Todos ellos admiten sentirse muy «agradecidos» por el recibimiento que les ha dado la ciudad, de la que destacan sus zonas verdes
El Correo,
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04-01-2009
Miranda es hoy más que nunca una ciudad plural enriquecida gracias a la mezcla de culturas y tradiciones llegadas de todos los continentes. A pesar del importante número de inmigrantes que hay a ambas orillas del Ebro – más del 12% de la población – y de que son parte del motor económico de la sociedad cientos de mirandeses desconocen la forma de pensar o de vivir de parte de sus vecinos. Cinco de ellos, procedentes de países y continentes diferentes, Riaz Mohammad, Natalia Mihailov, Ana Román, Mei – Yun Shih y Clement Nosa explican sus vivencias para EL CORREO.
- ¿Cómo llegan a Miranda?
- N.M, R.M. y N.M.: Por la situación de mi país.
- M.S.: Por suerte. Miranda nos pareció una ciudad pequeña, bonita y tranquila y decidimos abrir nuestro propio negocio aquí. Aunque la gente era al principio cerrada para la comida china porque pensaba que tenía lagartos y saltamontes, luego empezó a degustarla y cogió confianza.
- C.N.: No es que yo pasara hambre en mi país, pero la situación es muy injusta. Hay cuatro personas que explotan toda la riqueza y se lo meten al bolsillo. Además, tanto tienes tanto vales, incluso a la hora de enfrentarte a un juicio.
- ¿Han notado racismo?
- R.M.: Yo sólo me he encontrado sólo con buenas personas.
- C.N.: Yo sí he sufrido mucho racismo. Es verdad que hay buena gente, pero son pocos, incluso dentro de la propia policía. Además, si alguien es tu encargado no le puedes hablar o contradecir. Eso es puro racismo.
- ¿Qué les costó más asimilar a su llegada a Miranda?
- M.S.: Nada. La gente es muy familiar, se conocen todos y te hablan.
- C.N.: Cuando llegué de Marruecos ‘a mi manera’ todo fue complicado, pero había trabajo. Ahora que no lo hay, me han despedido a pesar de tener contrato sólo por ser negro. Las cosas son tan difíciles o más que al principio.
- ¿Qué les parece Miranda?
- M.S.: Siempre me ha gustado Miranda y la forma de ser de su gente. Por eso decidimos vivir aquí.
- N.M.: Me gusta que hay muchos espacios verdes porque eso la hace más bonita. Se puede disfrutar.
- C.N.: El problema de Miranda es que para mí no hay esperanza. En el País Vasco es más fácil trabajar y tener una casa aunque no tengas papeles. Aquí tengo a mi familia y a un hermano, pero estoy sin trabajo y necesitamos comer.
- La religión, ¿ha supuesto un problema en su integración?
- R.M.:Yo soy mulsumán pero creo que ser o no buena persona depende de uno mismo.
- N.C.: No porque a pesar de ser católico creo que en España la mayoría de la gente es atea.
- Siempre están gente del mismo país junta, ¿es difícil integrarse?
- R.M.: Para mí sí porque lo único que hago es trabajar y dormir.
- A.R.: Puede haber palabras que se malinterpreten y eso hace que pienses mucho lo que dices.
- N.M.: Yo creo que soy una excepción porque la mayoría de mis amigos son españoles.
- ¿Es complicado el idioma?
- R.M.: Un poco sí. Hay que tener en cuenta que el árabe es muy distinto al español, pero poco a poco lo empiezo a entender.
- M.S.: Tardas uno o dos años hasta que empiezas a desenvolverte, pero si tienes la base del inglés es más fácil.
- ¿Y encontrar un puesto de trabajo de lo suyo?
- N.M.: Es muy complicado. Al final hacemos el trabajo que nadie quiere hacer y a la hora de subir un peldaño en el escalón se hace casi imposible.
- A.R.: Es verdad. Yo me vine porque en Colombia el trabajo te da sólo para subsistir. Tenía dos hijos y quería algo mejor para ellos. Sólo he podido trabajar en casas y en la hostelería. Si no conoces a alguien no tienes nada que hacer, porque no te convalidan los estudios. Y con la crisis es peor.
- ¿Por qué?
- A.R.: Porque te hacen sentir como si les estuvieras robando el puesto de trabajo cuando sólo hacemos lo que nadie quiere. Nosotros estamos viviendo aquí y dejamos gran parte de lo que ganamos en Miranda. Pero tengo padres y les debo ayudar.
- ¿Cómo es la relación con sus mayores?
- M.S.: Son una fuente de sabiduría de la que siempre hay que aprender. Estoy muy orgullosa porque mis hijas creo que lo entienden muy bien y, aunque son españolas, continuarán con esa tradición.
- C.N.: En Nigeria no es como en España. Un hijo nunca puede fumar delante de su padre y bajo ningún concepto puede insultarle. Hay mucho más respeto porque sabemos que son gente de mundo. Algunos en mi pueblo tienen 130 años y todavía van en bici.
- A.R.:Yo trabajo en un centro de personas mayores y vives historias que impactan. No entiendo que los hijos se peleen por las herencias, que les metan en residencias, que les ignoren o les tiren como si de un cacharro viejo se tratara. Eso sólo pasa en Colombia cuando un mayor es indigente y no tiene familia.
- ¿Cómo ven las residencias?
- C.N.: En Nigeria no hay residencias pero tampoco hacen falta. Cuando eras un niño tu padre te cuidaba, así que lo normal es que el hijo cuide de su padre cuando se hace mayor y viva con él. Debes estar todos los días con tu padre.
- ¿Qué costumbres no les gustan?
- A.R. y N.M.: La educación y la falta de respeto hacia los mayores y hacia el resto de la gente. Por el contrario, me gusta de aquí que la gente no deja para mañana lo que puede hacer hoy.
Estas fiestas
- ¿Cómo se celebran en sus países la Navidad?
- R.M.: Nosotros celebramos el 9 de diciembre la fiesta del cordero.
- N.M.: En mi país el día grande es el 7 de enero. Se va a misa, se hacen comidas y estamos toda la familia junta, que es lo importante.
- M.S.: En China se celebra la entrada del año, pero nunca cae en una fecha fija porque nos regimos por nuestro propio calendario. Limpiamos la casa de arriba a abajo y se ponen papeles rojos en las puertas con letras de salud, suerte… Y un pez preside la mesa el último año, pero no se come hasta el día siguiente. Significa que la comida te va a sobrar. Pero en casa tengo árbol y belén, por mis hijas.
- C.N.: Las celebramos desde el 24 de diciembre al día 2 de enero. Todos descansamos esos días y se puede tocar música a todas horas.
- A.R.: Es tiempo de reconciliaciones, las calles se hacen peatonales y compramos un cerdo. No tenemos Papá Noel sino Niño Dios y también Reyes. Como es una zona tropical no hay nieve, así que mi hija me pidió un año que se la enviara por correo. Pero lo que hay en España creo no es la verdadera Navidad.
- ¿Por qué?
- N.M. y A.R: Porque hay demasiado consumismo y no se piensa en la familia. Con regalar un caramelo o una chocolatina es suficiente en mi país pero los niños aquí están muy consentidos.
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