Un inmigrante de origen subsahariano murió en la madrugada de ayer por disparos de la Policía marroquí cuando los agentes trataban de impedir que un grupo de más de ochenta indocumentados cruzara la frontera que une Marruecos con la Ciudad Autónoma de Melilla. Según fuentes policiales citadas por Ep, el suceso se produjo después de las doce de la noche. Los inmigrantes querían aprovechar ese momento de celebración de la llegada del nuevo año, justo después de las tradicionales campanadas de Nochevieja, para sorprender a las Fuerzas de Seguridad y acceder a territorio español.

Sin embargo, tanto los agentes de la Policía española como los efectivos marroquíes estaban alerta, pues tenían fundadas sospechas de que podrían producirse intentos de entrada masiva de indocumentados. En los últimos años ha sido la tónica habitual que los inmigrantes aprovechen fechas emblemáticas para cruzar la frontera por lo que, conscientes de ello, los agentes no bajaron la guardia en ningún momento. Tanto en los puestos fronterizos como en la doble valla, la presencia policial era notable.

«Disparos disuasorios»

La muerte del subsahariano se produjo en la zona de Iyasinen, cerca del puesto fronterizo de Farhana. Este inmigrante, al parecer, recibió el impacto de una bala durante los «disparos disuasorios» realizados por los policías marroquíes. Las fuentes citadas aseguraron que se trató de un «asalto especialmente violento», por lo que la Policía lo repelió haciendo uso de las armas.

El joven fue trasladado a un hospital de la zona pero murió durante el trayecto. Los agentes detuvieron a catorce de los inmigrantes; el resto logró huir. Ninguno consiguió entrar en España.

Esta nueva tentativa se une a la que ya se registró durante la pasada Nochebuena, cuando medio centenar de subsharianos fueron repelidos por las fuerzas policiales marroquíes antes de llegar a la doble valla.

No es la primera vez que un inmigrante irregular fallece como consecuencia de los disparos de los agentes marroquíes. En 2005, año de la llamada «crisis de la valla», al menos seis subsaharianos perdieron la vida al ser repelidos por las Fuerzas de Seguridad del Reino alauí cuando intentaban entrar en España.

Los hechos ocurrieron el 6 de octubre del citado año cuando los agentes marroquíes abrieron fuego contra los cerca de 400 inmigrantes que trataban de saltar la valla para entrar en la ciudad de Melilla. Rabat aseguró entonces que la Policía había actuado «en legítima defensa».

Una semana antes, el 29 de septiembre, otros cinco inmigrantes perdieron la vida al ser tiroteados cuando intentaban entrar en España. En este caso, el asalto masivo se produjo en la valla de Ceuta y lo protagonizaron unas 700 personas. Pese a todo, más de doscientos subsaharianos lograron su objetivo y cruzaron la verja.

El verano de 2005 fue especialmente complicado en la frontera de Marruecos con Ceuta y Melilla. Centenares de subsaharianos acampaban en las montañas que rodean ambas ciudades autónomas a la espera de su oportunidad. Las avalanchas eran masivas y la forma de combatirlas, cada vez más violenta. Murieron un total de catorce subsaharianos.

Desde entonces, esa zona ha vivido una relativa calma hasta que el temporal rompió la valla de Melilla el pasado 26 de octubre. Cinco avalanchas han tenido lugar desde entonces. La penúltima, en Nochebuena, cuando los inmigrantes probaron suerte con la esperanza de que los agentes se hubieran relajado por Navidad.