«Nunca pensamos que le iba a matar»
La familia de Clara Rangel, asesinada el pasado lunes por su pareja en Errenteria, ha iniciado los trámites con el consulado de Venezuela para repatriar el cadáver
Diario Vasco,
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02-01-2009
DV. La familia de Clara Rangel Romero vive «los peores momentos de su vida». A miles de kilómetros de Errenteria, en Cumaná (Venezuela), esperan la repatriación del cadáver de Clara, asesinada el pasado lunes a manos de su pareja, en presencia de sus tres hijos menores. Desorientada y apesadumbrada por el suceso, la hermana de la víctima, Yesenia Alfonso Romero, se puso en contacto con la redacción de diariovasco.com el día de Nochevieja para pedir ayuda e intentar localizar a las autoridades del Consulado de Venezuela en el País Vasco. «Somos una familia humilde y sin recursos. Pedimos al consulado que se comunique urgentemente con nosotros», suplicó por internet.
Ayer por la tarde (mediodía hora local), Yesenia descolgaba el teléfono al otro lado del charco con voz abatida: «Acabamos de hablar con el consulado y nos han dicho que estemos tranquilos, que están haciendo todos los trámites para repatriar el cuerpo de nuestra hermana. Queremos velar su cuerpo, darle sepultura y que los niños vengan acá con nosotros», apenas llegaba a decir entre sollozos.
Una llamada de teléfono les comunicó la tragedia el pasado martes, un día después de lo ocurrido. Al otro lado del cable, el cuñado de Clara, que resultó herido durante la agresión, les avisó de que «Keny había matado a Clara». La agresión se produjo en la vivienda de la pareja, en el barrio Agustinas de Errenteria, donde tras una discusión entre los miembros de la pareja, el varón asestó varias cuchilladas a Clara, que murió por la gravedad de las heridas.
«Estamos en total angustia. Ayer – por el miércoles – pudimos hablar con nuestro sobrino mayor – herido también cuando intentó evitar el crimen – y estaba bien, bueno», explica Yesenia.
Clara había viajado a su país el pasado diciembre, «dos semanas antes de su fatal pérdida», para visitar a sus cuatro hermanos y a su madre, que está desolada por lo ocurrido. «Fue la última vez que la vimos. Parecía que estaba bien. Mi hermana era una muchacha muy alegre y reservada en sus cosas personales», dice Yesenia. Al agresor lo conocían desde hacía años. «Nunca pensamos que le iba a hacer algo así a mi hermana, que le podía matar. Nunca ambos llegaron a mostrar un mal comportamiento delante de nosotros», cuenta desconsolada.
«Trabajadora y sociable»
La víctima había emigrado a Errenteria hace una década. Fue la única de los cinco hermanos que decidió buscarse un futuro mejor fuera de Cumaná, la capital del estado de Sucre. «Primero se fue a Caracas y luego nos enteramos de que había viajado a España». Se instaló en el barrio de Agustinas. Al poco conoció a Keny Lexzur González, nacido en Caracas el 21 de noviembre de 1979, con quien tuvo dos hijos.
«Pasaron años hasta que ella pudo viajar a Venezuela para recoger a su hijo Javier – fruto de una relación anterior – , que se había quedado a nuestro cargo», continúa Yesenia. «Nosotros siempre le decíamos que se viniera de España, pero ella estaba bien». Clara, añade Yesenia, era una mujer «trabajadora, sociable, siempre atenta con sus seres queridos», especialmente con su madre y su abuela materna, que fue quien la cría de pequeña. «Ahora nos pesa demasiado su muerte». aldaz
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