Las previsiones se han superado con creces. La crisis qué duda cabe ha hecho mella en las economías familiares y las peticiones de juguetes a Cruz Roja se han disparado. Al menos 80 familias mirandesas han pedido poder acceder al programa y, a pocos días para la llegada de los Reyes Magos, aún se siguen recibiendo solicitudes en esta entidad sin ánimo de lucro.

El número de destinatarios finales, es decir, de niños que recibirán en la noche del 5 de enero los juguetes, es de más de 190 y sus edades están comprendidas entre los 0 y los 15 años. Sin embargo, la mayoría de los juguetes recibidos suelen ser para niños de hasta 10 años. Los más mayores se deben conformar con juegos educativos y de mesa.

Aunque no es habitual que los progenitores pidan un juguete en particular, lo cierto es que este año sí que ha sucedido. Y con éxito. «Una madre vino a decirnos que su hija tenía mucha ilusión por tener un teléfono de juguete y, entre todo lo que hemos recibido está, así que en Reyes lo tendrá», señala la presidenta de Cruz Roja, Charo Fernández.

En todo caso, desde la asamblea local se quiere destacar la buena respuesta que ha habido por parte de los mirandeses para desarrollar esta iniciativa y, de hecho, todavía siguen llegando juguetes a sus instalaciones de calle San Agustín.

«Ha habido mucha generosidad entre los ciudadanos y empresas como Leclrerc, Dinova, Eroski e Hipercor Burgos. Gracias a todos ellos hemos podido conseguir juguetes para todos los niños que lo necesitan en Miranda y alguno, según su edad, podrá incluso recibir dos», explica la presidenta.

Todos los juguetes se encuentran ya seleccionados y empaquetados e, incluso, gran parte de ellos se han empezado a repartir entre las familias. Por eso, se realiza un llamamiento para que aquellos que quieran aportar algún regalo más lo reserven para el próximo año, cuando se espera que el número de peticiones se desborde.

«Sabemos que las próximas navidades serán mucho más duras que éstas pero, si la gente quiere traer juguetes ahora los recogeremos encantados porque hay que tener en cuenta que en otras localidades no hay tanta respuesta entre la población como en Miranda y hay niños que los van a necesitar», admite Fernández.

Todos los juguetes que repartirá Cruz Roja serán nuevos «o casi nuevos», a ninguno le falta ninguna ficha, no son bélicos ni sexistas y, por supuesto, no tienen pelo para evitar posibles alergias a los niños. En cuanto a sus precios, son de lo más variado, «pero lo importante es el valor sentimental que van a tener para ese niño».

Para que las familias puedan optar a su solicitud deben cumplir muchos requisitos a nivel económico y la mayoría son inmigrantes o de etnia gitana. La mayor parte de los pequeños se sitúan en edades entre los 4 y los 7 años.