La población de la comarca del Nervión – Ibaizabal se mantiene sin grandes variaciones. A pesar de la creciente llegada de inmigrantes, que suponen ya el 3% de los habitantes de esta zona, una comparativa del censo de 2001 con los datos actualizados revela que no se han producido habido grandes saltos. Hoy hay registrados en los ocho pueblos que conforman esta comarca 104.571 vecinos, sólo un millar más que hace ocho años. Este equilibrio se justifica porque la cabeza de comarca, Basauri, ha perdido población, pero la han ganado los municipios de alrededor, especialmente Etxebarri y Arrigorriaga, las localidades que han registrado mayores incrementos.

El caso de Basauri es único en la zona. Hace varias décadas, en plena era industrial, llegó a superar los 50.000 habitantes. Sin embargo, en la actualidad el declive de estas grandes fábricas, junto con la escasez y la carestía de la vivienda – tanto en la compra como en el alquiler – ha provocado que la localidad pierda en pocos años varios miles de vecinos y mantenga una tendencia a la baja. «Nuestro objetivo de aquí a unos ocho años es volver a los 50.000. Esta marca significa pasar a ser una ciudad de primer nivel y poder acceder a ayudas regionales, estatales y europeas que ahora nos están vetadas», reconoce la alcaldesa de Basauri, Loly de Juan.

Para ello, en los próximos años se creará un gran parque de viviendas – tanto libres como protegidas – que buscará «recuperar a todos aquellos jóvenes que se han visto obligados a emigrar a otras localidades cercanas», señala De Juan. Otro de los objetivos del equipo de gobierno basauritarra es el rejuvenecimiento de la población. «Somos junto a Sestao la localidad con más mayores de la provincia», recuerda la alcaldesa.

«Necesidades cubiertas»

En el lado opuesto de la balanza se encuentran Arrigorriaga y Etxebarri. Este último municipio ya ha superado en diciembre la barrera de los 9.000 habitantes y sigue subiendo. El techo que se marcan los gobernantes es llegar a los 12.000 vecinos de aquí a pocos años. «Hasta ese tope podemos garantizar que la localidad está capacitada para cubrir todas las necesidades y servicios», apuntan desde el Consistorio de Etxebarri, que ha vivido un despegue imparable desde la llegada del metro, hace cuatro años.

Sin ser tan notable, el resto de localidades de la comarca también mantienen un incremento sostenido de su población. En los pequeños municipios el número de vecinos es clave para acceder a servicios como farmacias o centros de salud. Es el caso de Orduña y Arrankudiaga. Esta última población supera en la actualidad ya los 900 habitantes y espera poder llegar pronto al millar.

«Sería interesante por el aumento de ingresos por parte de Udalkutza y de la Diputación. Sin olvidar que cuantos más seamos gozarán de mejor salud la hostelería y el comercio», reconoce el alcalde, Bingen Larizgoitia.