La última de las víctimas de la violencia machista, una mujer de nacionalidad bosnia, había denunciado hace años a su agresor, quien llegó a pasar un tiempo en la cárcel, según informó ayer uno de sus diez hijos. Este caso reúne algunas de las características que se repiten últimamente en muchos casos: las inmigrantes como víctimas y mujeres que recuperan la convivencia con sus agresores después de episodios de violencia e incluso de haber presentado denuncia por ello.

Vejsil F., un bosnio de 59 años, se entregó ayer en un centro penitenciario, de donde fue trasladado a dependencias policiales para ser interrogado, después de lo cual fue acusado de un delito de homicidio.

Ismed, el hijo de la víctima que encontró la noche del lunes el cadáver de su madre en una habitación de la casa familiar, dijo que «después de pasar un tiempo en la cárcel» su padre había vuelto a la casa familiar y, desde entonces, «no se peleaban tanto». «Había peleas, pero no se pegaban, yo creo que si ella hubiera tenido miedo se habría ido de casa, así que me imagino que no tenía miedo», precisó.