Un nuevo órgano coordinará desde mañana la seguridad de las mujeres agredidas en Euskadi
El centro, ubicado en el Palacio de Justicia de Bilbao, controlará las órdenesde protección y otras medidas que dicten los jueces por violencia de género
El Correo,
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31-12-2008
El centro encargado de coordinar las órdenes de protección concedidas por los jueces del País Vasco a las víctimas de la violencia doméstica comenzará a funcionar mañana «a pleno rendimiento» en el Palacio de Justicia de Bilbao. Así lo confirmó ayer el consejero de Justicia, Joseba Azkarraga, quien animó a las mujeres que sufran agresiones a acudir de inmediato a los servicios de atención jurídica y social creados por las instituciones. El nuevo organismo, que ya había comenzado a trabajar de forma parcial desde el mes pasado, se encargará de controlar la situación personal y procesal de las personas maltratadas y de sus agresores en todo el País Vasco.
Según explicó el Departamento de Justicia, en el centro trabajarán seis personas que han recibido formación especializada y cuyo cometido consistirá en realizar un seguimiento exhaustivo no sólo de las ordenes de protección – se conceden cinco cada día en Euskadi – , sino de todas las medidas que dicten los juzgados vascos en los procedimientos de violencia machista y familiar.
Hasta ahora existían tres órganos diferentes para el control de los maltratadores y la protección de las mujeres: uno en la capital vizcaína, otro en Vitoria y un tercero en San Sebastián, todos ellos vinculados a los servicios de asistencia a la víctima (SAV) de las respectivas audiencias provinciales. Esos centros fueron creados al entrar en vigor la Ley de Violencia de Género para que recabaran toda las información sobre las personas agredidas y poder ayudarlas.
Por ejemplo, si una víctima tiene que abandonar precipitadamente la vivienda en la que reside, el SAV de cada territorio se moviliza enseguida para buscarle un piso de acogida. Mientras tanto, el juzgado notifica con urgencia al servicio de asistencia todas las resoluciones judiciales sobre el caso. En adelante, el nuevo órgano creado en Bilbao centralizará la información de Vizcaya, Álava y Guipúzcoa, ya que en muchas ocasiones la mujer agredida o el agresor desplazan su residencia a otro territorio.
El consejero Azkarraga ha reconocido en varias ocasiones que, a pesar de que la violencia sexista se ha convertido en un objetivo prioritario de las administraciones, «no estamos haciendo lo suficiente». Ayer tuvo que condenar el asesinato machista perpetrado en Rentería el pasado lunes – el tercero de este año en Euskadi – y aprovechó la ocasión para recordar a las mujeres que, a la mínima percepción de riesgo, actúen cuanto antes. «No deben callar porque puede ser tarde», insistió.
Según el Gobierno vasco, a diario se denuncian once presuntos casos de violencia de género en Euskadi. Los jueces rechazan aproximadamente la tercera parte de las demandas de protección que reciben. El 72% de las solicitantes son mujeres españolas mayores de edad; un 24%, son inmigrantes y un 2,6%, menores. A las instituciones vascas no sólo les preocupan esas cifras, sino también el elevado número de víctimas que se están echando atrás después de haber presentado la denuncia contra un presunto maltratador. Sólo en 2007 fueron 407, lo que representa el 12% de los casos.
Teléfono de atención
Esa situación se evitaría, según el consejero Azkarraga, si mejorara la información que reciben las mujeres, que por ejemplo tienen a su disposición el teléfono de atención a las víctimas del maltrato (900 840 111). Se trata de un servicio dependiente del Departamento de Vivienda y Asuntos Sociales que ofrece orientación y apoyo psicológico.
Precisamente, el viceconsejero de Asuntos Sociales, Fernando Consuegra, llamó ayer la atención sobre el incremento «notable» de mujeres de origen latinoamericano que están recurriendo al teléfono del Gobierno vasco, ya que casi representan el 20% de todos los casos atendidos. Consuegra emplazó a los familiares de las víctimas y a las personas de su entorno a «no mirar hacia otro lado ante una agresión». «De ese modo, – prosiguió – entre todos podremos trasladar a los agresores el mensaje claro de que toda la ciudadanía está unida contra la violencia machista».
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