Un cliente de un bazar reduce a un asaltante armado con una escopeta
«Un rumano muy valiente se lanzó sobre el atracador», relata el dueño delestablecimiento, ubicado en Durango
El Correo,
,
31-12-2008
Los rápidos reflejos de uno de los clientes de un bazar chino situado en pleno casco viejo de Durango evitaron un grave percance a última hora de la tarde del pasado lunes. Un atracador apuntaba con una escopeta de cañones recortados al empleado de la caja registradora y exigía el dinero contenido en su interior. El cliente presenció la escena y no dudó un instante: le hizo frente. Así lo relataba ayer el dueño del establecimiento, ubicado en la calle Pedro Pablo Astarloa, con el susto aún metido en el cuerpo: «Un rumano muy valiente se lanzó sobre él, y luego yo también. Entre los dos lo inmovilizamos, el cajero le quitó el arma y esperamos a que llegara la Ertzaintza», detalló Jingze Yang.
El negocio, emplazado en una estrecha calle a escasos cien metros de la comisaría de la Policía autónoma, acogía en el momento del atraco – las ocho y cuarto de la tarde – a una veintena de compradores, entre los que se encontraban varios niños. «Todo pasó muy rápido; la gente apenas tuvo tiempo de darse cuenta de lo que estaba ocurriendo. Cuando se percataron, el ladrón ya estaba tirado en el suelo y desarmado», concretaba Yang.
Dos cartuchos
El asaltante penetró en el establecimiento durangués a cara descubierta. «Tenía un aspecto normal. Podría medir un metro setenta y pico», describía el dueño del comercio, cuyas cámaras de seguidad grabaron todo el suceso. «Diez o quince minutos más tarde», según la versión del vendedor chino, aparecieron en el local dos agentes de la Ertzaintza, que detuvieron al sospechoso y lo condujeron a dependencias policiales. Se trata de un hombre de 33 años y con tres arrestos anteriores en su historial delictivo. Ayer fue puesto a disposición judicial.
Todavía algo molesto, Yang contó que, después de avisar de que habían sufrido un intento de robo «con arma de fuego», tuvo que esperar la llamada de confirmación de la Policía vasca y que, «sólo cuando llegó la patrulla, avisaron a más unidades». «Por lo menos, hemos tenido suerte y no ha pasado nada», se consoló. Según constataron los agentes, la escopeta se encontraba cargada con dos cartuchos.
Para el comerciante, el del lunes fue el primer atraco que ha sufrido desde que abriera las puertas de su negocio, hace dos años. «En un pueblo pequeño como Durango no pensábamos que iba a ocurrir algo así», confesaba Jiangze Yang. «Esto no es Madrid ni Barcelona, aunque sí hemos oído de algunos asaltos a farmacias que se produjeron hace un tiempo y de otro caso más reciente en un estanco de la calle Kurutziaga. Al parecer, al vendedor le pusieron una navaja en el cuello para robarle», señaló.
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