Un joven de 21 años, de origen marroquí, falleció en la tarde del lunes en un piso de alquiler de la localidad de Sisante (Cuenca) al inhalar monóxido de carbono generado por una estufa de leña. La víctima, que compartía la vivienda desde hace meses con otros inmigrantes, trasladó el aparato desde el cuarto de estar hasta su dormitorio para calentar la estancia durante la siesta. Horas más tarde un primo encontró su cadáver al entrar en la habitación extrañado de que no se hubiese levantado todavía y alertó a la Guardia Civil.

El joven fallecido llevaba varios meses viviendo en Sisante y en la actualidad había sido contratado para la campaña de recogida de aceituna. Según el juez de paz del municipio, Antonio Herráiz, los inmigrantes que acuden a este pueblo de 1.800 habitantes suelen alquilar «casas viejas y en mal estado» que necesitan estufas para calentarse ya que durante estos días las temperaturas han oscilado entre 4 y 11 grados.

Ayer mismo, un grupo de trece personas que se encontraban en el interior de un bar en la localidad barcelonesa de Sallent resultaron intoxicadas por monóxido de carbono, posiblemente por una mala combustión de la caldera, que fue precintada.

Los Bomberos de la Generalitat tuvieron que sacar a los afectados del establecimiento antes de ser evacuados a diferentes centros sanitarios. Tres de ellos necesitaron pasar por la cámara hiperbárica con el objetivo de recuperar sus niveles de oxígeno en la sangre.