La cumbia catalana

CATALUNYA EL PARTIDO DE NAVIDAD DE LA SELECCIÓ 29.300 personas convierten el Camp Nou en una fiesta, que ahora hay que repensar

La Vanguardia, , 29-12-2008

CARLES RUIPÉREZ – Barcelona

FORMATO AGOTADO “Tenemos que encontrar otras fechas para que venga más gente a ver a la selecció”, dice Montilla
Atención, noticia: el Camp Nou está vivo, el Estadi tiene sangre, en las gradas hay música y se baila. El frío se combate con calor, con calor humano y con color. Acostumbrados al silencio de los partidos del Barça, donde parece imposible que tantas personas produzcan tan poco ruido y a las que sólo la visita del Madrid saca del tedio, los partidos de la selecció son aire fresco. Gente joven que no suele asistir al campo, adolescentes reivindicativos para los que el fútbol es el reflejo amplificador de la sociedad y familias con muchas ganas de pasarlo bien. Pero, sobre todo, mucha multiculturalidad. El coliseo estaba dividido, la mitad, catalana; el otro cincuenta por ciento, colombiano.

Ruido, trompetas, tambores, gralles y tabals.Todo mezclado. Todo acompasado. El Camp Nou era tropical. La sede de casi todos los últimos partidos de la catalana se había convertido en el Campín de Bogotá, el estadio de Los Millonarios, entre la Diagonal y Travessera de Les Corts. Con el permiso de los Dusminguet, el grupo de La Garriga que acuñó el término de la cumbia catalana, de la rumba colombiana, Catalunya ganó sobre el campo, pero en las gradas empataron el orgullo y la satisfacción de ver al equipo de la nación catalana competir con la fuerza y la alegría colombiana de estar un poco más cerca de los tuyos en tu país de acogida.

Así se viven los partidos en Sudamérica, Si en las islas británicas se celebran los córners como si fuesen medio gol, aquí la fiesta va más allá de los noventa minutos. “Cuando sientes el calor de tu gente y la música corre por tus venas no puedes tener frío”, indica un mujer vestida con el traje típico de la zona. “En Barranquilla todo el año es verano”, puntualiza su acompañante. “En Barranquilla se baila así, sí”, cantaba Shakira mientras sus caderas no mentían a nadie. O se tiene el ritmo desde pequeño o ya nose puede aprender. Y los organizadores del Carnestoltes de Barranquilla en Barcelona siguen bailando y siguen cantando pese al marcador.

Mientras, en la tribuna de prensa, en una de las cabinas radiofónicas, el locutor de Radio La Bomba narraba el partido en directo y se desgañitaba. “Esta es mi pasión. esta es mi Colombia, esta es mi tierra”, decía casi sin aire.

En el Camp Nou había 29.300 espectadores – la peor entrada de Catalunya en el Camp Nou-,pero parecía lleno. También en el palco había muchas butacas vacías. El president de la Generalitat, José Montilla, y el vicepresidente del Govern, Josep Lluís Carod-Rovira, flanqueaban al presidente de la Federació, Ricard Campoy, con Artur Mas (CiU) y Joan Laporta en un segundo plano. “Seguramente estas no son las mejores fechas para que juegue la selecció – concedió Montilla-.Por eso estamos tratando de encontrar unas fechas en la que venga más gente”, argumentó el president sobre el formato agotado del partido de Navidad, del partido para todos. “Estamos trabajando para dar un paso hacia delante. Queremos que todo sume, y el partido de Navidad podemos mantenerlo”, terció la secretaria general del Esport. Anna Pruna, sobre el futuro Torneo de Naciones que Catalunya quiere organizar. “Para hacer un buen torneo tenemos que traer a Brasil y Argentina”, se mojó Campoy. La fiesta acabó. Ahora hay que reinventarla para que continúe.

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