Clases sin roles sexistas

ABC, 29-12-2008

F. BLANCO

Un grupo de alumnos del instituto público Leopoldo Cano de Valladolid

POR FÉLIX IGLESIAS

VALLADOLID. La reproducción de roles sociales es un mecanismo preciso, que funciona a la postre por inercia y asegura un estatuto generalmente sujeto a intereses muy concretos. Variar esa rueda rutinaria es una labor a medio y largo plazo, y la escuela es un espacio donde los cambios son realmente viables. Así lo ha entendido la Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades al convocar el I Concurso de Proyectos Docentes para la Prevención de la Violencia de Género.

El Instituto Leopoldo Cano de Valladolid se ha hecho con el máximo galardón en la categoría de centros públicos. En el fallo del jurado se dice que «este proyecto ha destacado por tratar de concienciar a los jóvenes como medio fundamental para fomentar la igualdad en la sociedad del futuro».

Y para dar contenido y viabilidad a la iniciativa, un grupo de diez profesores, coordinados por Inmaculada Asenjo y Evangelina Álvarez de Eulate, – esta última directora del centro – , ha elaborado un proyecto que integra en la actividad docente reglada la educación en los valores humanos y contra la marca sexista entre los alumnos.

Evangelina Álvarez de Eulate recuerda que, tradicionalmente, los chicos acababan estudiando ingenierías y las chicas, magisterio. Esa costumbre ha variado considerablemente, pero en muchos casos todavía se reproducen.

Por ello, el proyecto «Contar para vivir en igualdad» incidirá en el papel de la mujer a lo largo de la historia, resaltando en asignaturas como Historia el papel de la mujer en el III Reich, estudiar estadísticas en Matemáticas sobre la presencia de la mujer en diferentes actividades, rodar «microcortos», estudiar síntomas de discriminación de género. aprender a localizar conductas sexistas, realizar narraciones colectivas, entre otras actividades que se integrarán en las clases.

Evaluación

Además, cada unidad de trabajo del proyecto del centro de secundaria tendrá que hacer una evaluación sobre la actividad, incluyendo en dicha valoración a los mismos alumnos. «Es fundamental contar con ellos, como con los padres, pues en ocasiones las conductas sexistas se dan en las familias», precisa la directora del instituto, aunque el elemento más activo son las madres. No en vano, el instituto Leopoldo Cano se ubica en un barrio obrero, donde muchas mujeres trabajan, además, fuera de casa, por lo que están menos sujetas a roles sexistas.

La interrelación de todos estos agentes es fundamental. De hecho, en muchos casos el cambio se da antes en los centros educativos que en la familia, hasta tal punto «que son los alumnos los que «educan» a sus padres en cuestiones como la igualdad de género», subraya la directora del instituto Leopoldo Cano de Valladolid, que desde 2002 viene realizando actividades en torno a los Derechos Humanos y los Derechos de la Mujer.

Etapa «clave»

Evangelina resalta que la adolescencia «es una etapa clave en la formación», con sus pros y contras, «que hay que aprovechar» para que sean ellos los que se den cuenta de las actitudes sexistas que hay en su entorno, incluso dentro del centro docente, si bien, sobre todo entre las chicas, la toma de conciencia sobre los derechos es prácticamente unánime, puesto que con esta iniciativa, junto a otras ya realizadas en el Leopoldo Cano, «queremos que las chicas se liberen de creencias que las limiten», afirma la directora del instituto.

Sin querer marcar, lo cierto es que a algunos colectivos inmigrantes, con presencia en el barrio, les cuesta comprender la equiparación de la mujer con el hombre. Fátima, una alumna del instituto Leopoldo Cano, y de origen marroquí, apunta a que en su país, «en teoría se reconoce la igualdad, pero no se lleva a la práctica». Junto a otros compañeros, afirma que incluso en el instituto, «los chicos se resisten algo más a comprender que no hay diferencias entre nosotros», si bien todos resaltan que dentro del centro educativo la igualdad entre unos y otras es una práctica común y diaria, algo que «no sucede en el exterior», dice Daniel.

Las chicas también machistas

Pero no sólo la resistencia está entre los chicos, algunas chicas «son también machistas», apuntan, aunque Ana advierte que «llega un momento en que la mujer se rebela».

Preguntados por esta iniciativa de inculcar la igualdad entre hombres y mujeres y el rechazo a la violencia de género, todos están de acuerdo en que «la mujer siempre ha estado ahí». Ahora llega el momento de reconocerlo y que no sea una excepción.

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