HISTORIA DE LA NAVIDAD DE UN INMIGRANTE
El calentadito de Navidad
Los países de tradición católica celebran las mismas fiestas con variantes locales y costumbres curiosas, como en Ecuador.
Deia, 26-12-2008eCUADOR. 31 de diciembre de cada año. Cientos de monigotes toman las calles de Quito y alrededores a la espera de convertirse en pasto de las llamas en una gran hoguera que despide el año. Innumerables son las ocasiones en las que Diana Patiño ha participado en esta celebración del “año viejo”.
Fiel a la tradición ecuatoriana, figuras burlescas de serrín y cartón que, como explica Diana, “representan a los políticos del área del Amazonas o de los barrios, dependiendo de cómo se hayan portado” son los protagonistas de la última noche del año. “A las doce de la noche estos muñecos se queman y se dan premios al mejor muñeco porque también se hace un concurso con ellos”. Esta costumbre es una muestra del ingenio popular con la que manifiestan a quién quieren quemar “para que el siguiente años sea mejor”.
Esta noche “hay mucha fiesta” y la gente aprovecha para “disfrazarse” mientras los jóvenes “se van a la discoteca a bailar y a pasarlo bien”. Eso sí, nadie sale de casa sin antes asegurarse de que la ropa interior con la que empieza el nuevo año es amarilla, “color que trae suerte”.
Los platos de esta noche no son muy diferentes a los de los banquetes de días anteriores. El 24 de diciembre la tradición manda en la mesa. Así lo más común es “el pavo relleno o pollo con salsas”, generalmente, a base de ciruelas pasas, ensaladas y algún tipo de arroz con queso y maíz aunque Diana no sabe exactamente cómo se prepara este suculento plato porque “el que lo cocina es mi marido”. También son frecuentes “los chocolates y los pastelitos, se ponen muchos”.
“De trago lo más habitual es el champán y, a veces, una botellita de whisky o algo así pero no mucho porque en mi casa no acostumbramos mucho al trago”, recuerda.
Lo que más le gusta a Diana de la Nochebuena es que “se reúne la familia, todo se hace en familia y durante el día y la noche del 24 el árbol está lleno de regalos para todos, para los mayores y para los niños”. Lo de no aprovechar la comida es igual aquí y al otro lado del charco. El día de Navidad, “por lo general, se acostumbra el calentadito que es lo que sobra de la noche anterior”, cuenta Diana.
Si algo destaca de Ecuador son sus concursos de pesebres. “Las casas están todas adornadas, con un árbol muy bonito, todo iluminado y, en la mayoría, hay pesebres”. Estos nacimientos, que “se abren para que los vea la gente y van las televisiones para que se vea porque es muy popular allí”, se dividen en dos grupos.
Por un lado, están los pesebres artísticos y por el otro los comunitarios que son en los que cada vecino pone su granito de arena. Por ello los premios son diferentes para cada una de las categorías. El primero se exhibirá en algún lugar relevante aunque para hacerse con el trofeo debe, entre otras, cumplir un importante requisito, ha de estar elaborado con materiales reciclables. Mientras, la recompensa de los pesebres comunitarios será la construcción o reparación de alguna necesidad del barrio. Es un ingenioso concurso con el que, además de satisfacer las carencias de los distintos distritos, se da a las calles un ambiente mucho más festivo.
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