Ya están instalados los radares fijos del SIVE en las Islas occidentales

La delegada del Gobierno, Carolina Darias, cumple su promesa de que el Sistema Integral de Vigilancia Exterior estaría disponible antes de final de año. El proyecto ha supuesto la inversión de seis millones de euros por el Ministerio del Interior para mejorar la seguridad en las costas de Tenerife, La Gomera y El Hierro.

El Día, PEDRO FUMERO, Tenerife, 24-12-2008

La delegada del Gobierno en Canarias, Carolina Darias, cumplió su promesa de que la provincia de Santa Cruz de Tenerife contaría antes de finalizar 2008 con radares fijos del Sistema Integral de Vigilancia Exterior (SIVE) para el control de las embarcaciones que se aproximan a las Islas occidentales con inmigrantes indocumentados o con alijos de droga. Y desde ayer están plenamente operativas seis estaciones sensoras de vigilancia en Tenerife, La Gomera y El Hierro; dos centros de mando y control; una estación de comunicaciones y otra repetidora, que serán gestionadas por miembros de la Guardia Civil. En estos momentos, la única isla de la Comunidad Autónoma que carece de dicho material es La Palma. De esta manera se cubre una de las principales demandas de las diferentes administraciones públicas y la sociedad en materia de inmigración irregular.

El nuevo equipamiento fue presentado a los medios de comunicación en un acto presidido por la propia representante del Gobierno del Estado en el Archipiélago; el subdelegado, José Antonio Batista, así como el general jefe de la Zona de Canarias de la Guardia Civil, Miguel Martínez García, en una sala de la Comandancia de Ofra.

A juicio de Darias, la maquinaria fija del SIVE permitirá una intervención mucho más rápida y eficaz en las aguas próximas a los territorios insulares, ya que ofrece imágenes en tiempo real de la información obtenida a los centros de decisión, que agilizarán la transmisión de órdenes para interceptar cualquier barco que ejerza una actividad ilícita.

La mejora ha sido posible gracias a la inversión de 6.000.000 de euros por parte del Ministerio del Interior, tras el compromiso realizado por su titular, Alfredo Pérez Rubalcaba, sobre la materia.

A partir de ahora, los agentes del Instituto Armado destinados en la sala del SIVE pasarán un periodo de formación de uno o dos meses, con el fin de adaptarse a la moderna tecnología que tendrán entre sus manos. Y es que, según la propia Carolina Darias, para un inexperto no resulta fácil diferenciar el eco emitido por las olas del transmitido por un cayuco o una zódiac con varias toneladas de hachís, por poner un ejemplo.

Según se pudo comprobar en la demostración realizada ayer ante los periodistas, los radares fijos del SIVE disponen de cámaras de vídeo para identificar mejor las características del barco que levante sospechas.

Las estaciones del Sistema Integral de Vigilancia Exterior han sido instaladas en lugares estratégicos de las costas de Tenerife, La Gomera y El Hierro, aunque las autoridades no quisieron profundizar en este apartado de la información.

No obstante, como publicó este periódico recientemente, algunas de ellas estarán en faros, como es el caso de los situados en Punta Rasca, en Arona, así como en el de la Punta de Abona, en Arico. Además, un tercer radar se ha colocado en el acuartelamiento de Hoya Fría.

Los nuevos equipos del SIVE se basan en tres principios, como son disuadir a los que pretendan realizar cualquier actividad ilícita; la detección temprana de la embarcación para una intervención rápida de las unidades de interceptación, así como disponer de un mando único para garantizar la adecuada coordinación y concentración de recursos.

Un sensor radar detecta los barcos a unas 15 millas náuticas, es decir, a 27 kilómetros aproximadamente, y transmite la señal a varios monitores de televisión.

Una cámara de vídeo de gran alcance diurno permite captar imágenes de detalle, mientras que una cámara de infrarrojos facilita la visión nocturna y diurna, con independencia de que hayan condiciones meteorológicas adversas. Dichas cámaras permiten identificar la embarcación cuando se halla a tres millas náuticas (cinco kilómetros) de distancia.

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