Alegría y recuerdo de su casa

Diario Vasco, M. SORO, 24-12-2008

Son fiestas esencialmente familiares y en estas fechas prácticamente todos los inmigrantes latinoamericanos han dejado en su país de origen a casi toda la familia. Por eso, las vivencias de Graciela, Cristina Isabel y Lewis son de cierta tristeza y añoranza en estas fechas.

Graciela, una mujer morena de amplia sonrisa, recalca que «tengo el corazón partido porque no está mi hijo de 19 años. Sabemos los dos que estoy aquí para progresar y bien traigo a mi hijo o bien regreso con mi hija a Paraguay. Por ahora me va bien y aunque no me he decidido me gustaría seguir aquí. Pero tendría que encontrar trabajo para él», que estudia Empresariales. Graciela tiene que poner buena cara estas fechas, esta noche especialmente, para que su pequeña adolescente no se preocupe por su madre si le ve triste. «Ella también extraña muchísimo a su hermano». Lamenta que no haya muchas paraguayas en Donostia y Gipuzkoa con las que hacer un grupo con el mismo origen y hábitos, aunque se reúne con gente de Suramérica en la sede de Esperanza Latina o para salir a tomar un café. «Se ha formado un grupo muy solidario entre nosotros», detalla. Recalca que «tengo que reconocer lo bien que he sido acogida por los vascos y donostiarras».

Cristina sí que echa mucho de menos a sus familiares de Nicaragua. «Si yo tuviera ahora la posibilidad de ganar 600 euros en mi país regresaba sin pensarlo. Tenía un buen trabajo de contable, pero no era suficiente. He dejado allí a mi familia tan mayor y siento la necesidad de regresar para cuidar de ellos».

Lewis resume que «voy dos veces al año y eso que casi me siento donostiarra».

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