E
L pasado 18 de diciembre se celebró el Día Internacional del migrante, proclamado en 2000 por la Asamblea General de las Naciones Unidas para concienciar sobre el importante y creciente número de personas migrantes y refugiadas nacionales e internacionales ocurridas por razones políticas, económicas y religiosas en todo el mundo. La fecha fue establecida para difundir las informaciones sobre los Derechos Humanos y las libertades fundamentales de los migrantes, así como establecer el intercambio de experiencias y la elaboración de medidas para su protección.

El Informe sobre las Migraciones en el Mundo en 2008, presentado hace dos semanas por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), destaca que los movimientos de personas dentro y a través de las fronteras se efectúan con miras a satisfacer los retos socioeconómicos que trae consigo la globalización actual, y que hacen que la búsqueda de trabajo propicie la mayoría de los movimientos observados en este siglo.

En este principio del siglo XXI, se considera la migración como uno de los temas mundiales determinantes; puesto que, como nunca antes en la historia de la humanidad, cada vez son más las personas que se trasladan de un lugar a otro. Actualmente, hay cerca de 200 millones de personas viviendo fuera de su país de origen, lo que supone alrededor de un 3% de la población mundial. El gran reto continúa siendo la adecuada integración en la sociedad receptora, que pasa por la relación directa y sincera y el enriquecimiento mutuo.

Los procesos de integración se realizan de forma fundamental y prioritaria en el ámbito autonómico y local, siendo en estos espacios en donde se debe insistir fundamentalmente en política inmigratoria. Así mismo, está siendo clave la adaptación de la legislación española en este tema a la sociedad plural, diversa y cambiante. En el ámbito europeo, el Consejo Europeo adoptó en 2005 el Enfoque Global de la Migración, pero además es imprescindible articular y adaptar una política migratoria internacional de consenso y compromiso entre todos los países; los de origen, los de tránsito y los de destino.

Coincidiendo con la conmemoración del 60 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos del pasado 10 de diciembre, el Consejo de Ministros del Gobierno de España acaba de aprobar el Plan de Derechos Humanos concebido para promover la igualdad, no discriminación e integración de las personas, así como para garantizar la protección los Derechos Humanos en España, desde el punto de vista de la paz, la democracia, el desarrollo, la solidaridad y la justicia social.

Desde el PSN PSOE celebramos el avance substancial que supondrán las medidas y leyes que de dicho plan devendrán, comprometiendo a todas las administraciones en pro de la construcción de una ciudadanía cívica y cohesionada, en pro de la defensa de los Derechos Humanos de todos y cada una de los ciudadanos y ciudadanas y, por ende, en pro de los inmigrantes y emigrantes de este país.

El Gobierno reconocerá el derecho al voto en las elecciones municipales a los extranjeros residentes no comunitarios, conforme a lo previsto en la Constitución y en los tratados que se suscriban; y modificará la Ley Orgánica del año 2000 sobre Derechos y Libertades de los Extranjeros en España y su integración social, para garantizar su derecho de reunión y asistencia jurídica gratuita. Así mismo, se defenderán los derechos de los españoles en el exterior mediante la creación de una Oficina de Defensa del español en el exterior; se pondrán en marcha medidas para facilitar el voto, y se facilitará asistencia jurídica a los penados. El plan contempla, igualmente, la creación de un observatorio sobre el pluralismo religioso o un estudio completo sobre la gestión pública de la diversidad religiosa en los ámbitos local, autonómico y estatal. Y, entre otras medidas, se establecerán garantías de Derechos Humanos en los centros de internamiento de extranjeros, con un protocolo sobre servicios mínimos esenciales del funcionamiento y de régimen interno; así como para la protección de los refugiados, con una reforma del sistema de asilo, con el objeto de garantizar eficazmente la protección internacional de este colectivo.

Es innegable la notable contribución al desarrollo económico, social y cultural de las personas inmigrantes y emigrantes, por lo que hemos de asumir una clara posición en defensa de los Derechos Humanos de todas las personas que cruzan las fronteras en busca de una vida mejor, con una mirada cercana y comprometida. Cada año, sin duda alguna, el Día Internacional del migrante nos brinda la oportunidad de llamar la atención sobre este hecho, y de celebrar las numerosas aportaciones que ellos hacen a nuestras sociedades, culturas y economías.