Vecinos con alma de bombero

ABC, 21-12-2008

Á. M.

BARCELONA. La crisis ha disparado la demanda de ayuda social en las barriadas con alta densidad de inmigrantes. La atención a las personas necesitadas es imprescindible para prevenir conflictos antes de que estallen la convivencia y la cohesión social, que penden, en muchas ocasiones, de un hilo de solidaridad.

Los voluntarios, muchos de ellos inmigrantes, forman parte de esta infraestructura de choque que intenta apagar las hogueras que encienden la pobreza, la marginación o la ruptura de la convivencia. Estas personas anónimas y altruistas colaboran normalmente en fundaciones privadas y públicas que destinan sus recursos a la inserción socio – laboral de los desventurados.

«Siempre salen del pozo las personas que tienen más capacidad de resistencia», asegura Jordi Gasull, presidente de la Fundación Clariana, una organización sin ánimo de lucro que ayuda a la inserción laboral y social de los más necesitados, la mayoría inmigrantes.

Cama, comida y compañía

La entidad cuenta con unos 200 voluntarios y colaboradores – 60% extranjeros y el resto autóctonos – para sacar adelante su proyecto social «Entre Vecinos», que ofrece cama, comida y compañía a los que no tienen nada o lo han perdido todo por culpa de la crisis. Esta red silenciosa de solidaridad trabaja con las asociaciones de vecinos de barrios como Las Torres de Rubí o Collblanc La Torrassa de L´Hospitalet.

La muerte de un magrebí desencadenó hace 4 años una pelea entre árabes y suramericanos en el barrio de Las Torres – Rubí 2000. Una ola de violencia que ya padecieron antes los vecinos de Ca n´Anglada de Terrassa y más recientemente los de Roquetas, en Almería.

«En estos dos años se ha reducido el nivel de conflictividad del barrio porque los recién llegados se van integrando poco a poco gracias al programa social «Entre Vecinos»», asegura Eduardo Asensio, presidente de la asociación de vecinos de esta barriada de Rubí, donde residen 15.000 personas en bloques de entre 9 y 14 pisos de altura. Dos de cada diez personas está en paro en Las Torres – Rubí 2000, que tiene un 22% de inmigración.

El dirigente vecinal confiesa que tiene la sensación de ser «un bombero social», porque para tener un barrio tranquilo ha de dedicar muchas horas, él y una veintena de colaboradores, a apagar posibles fuegos de conflicto social con los pocos recursos del programa «Entre Vecinos». Entre ellos destaca una insertora socio – laboral, un abogado, un piso de acogida y una tienda solidaria.

No es un colmado normal, es una tienda solidaria donde los consumidores pagan con una moneda de uso interno – un «vecino», equivale a un euro – , que se obtiene con la constancia en la búsqueda de un empleo y de la formación para salir del pozo de la pobreza. La cultura del esfuerzo y sacrificio para conseguir un reto personal está implícita en este sistema de ayuda social que, además, les obliga a administrar recursos limitados.

Oriol Sala, un empleado de banca de 50 años de edad, es el responsable de una tienda solidaria instalada en la sede de la Asociación de Vecinos de Collblanc La Torrassa. El «banquero» explica que todas las tardes invierte unas horas «por el bienestar de la gente» que vive en este barrio de L´Hospitalet.

«Tenemos la misma densidad que en Calcuta porque en menos de un kilómetro cuadrado vivimos 50.000 personas», apunta Oriol para dar una imagen de la densidad demográfica de Collblanc La Torrassa, con un 35% de inmigrantes.

La mayoría de los inmigrantes sin papeles, con hijos a su cargo y sin recursos económicos es el perfil de los consumidores que acuden a este colmado solidario que abre todos los viernes de 6 a 8 de la tarde. En su interior encuentran alimentos de supervivencia como pastas, legumbres, lácteos, conservas, aceite, harina, azúcar o sal; de higiene del hogar como lejía, jabón o lavavajillas y de higiene personal como champú, pasta de dientes o compresas.

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