Conseguir que una profesora de Religión islámica se ocupe de las necesidades de 80 alumnos en Vizcaya no ha sido tarea sencilla. Primero hay que reunir a un número suficiente de chavales, algo que también ocurrirá el próximo curso en Álava y Guipúzcoa. Las familias deben interesar a las autoridades educativas y, después de varios años, el Ministerio contrata a los docentes. La enseñanza del Islam se extiende por las distintas comunidades autónomas a medida que los inmigrantes echan raíces y pueden formar núcleos familiares, y contribuye a lograr aulas de convivencia.