Cientos de jóvenes musulmanes se echan a la calle en Suecia por el cierre de una mezquita

ABC, CARMEN VILLAR MIR | ESTOCOLMO, 20-12-2008

La ocupación durante las tres últimas semanas de una mezquita en el barrio de Rosengard – la Rosaleda – , en la sureña ciudad de Malmö, y su desalojo a cargo de la policía sueca el pasado lunes han desencadenado violentos enfrentamientos entre los agentes del orden y grupos de inmigrantes musulmanes.

Durante tres noches consecutivas se han librado en la barriada verdaderas batallas campales, con tácticas propias de la guerra de guerrillas por los ocupantes de la mezquita y sus simpatizantes, que reúnen a varios centenares de inmigrantes musulmanes. Lanzamiento de adoquines y cócteles molotov, petardos de gran tamaño, artefactos explosivos de fabricación casera, y hasta algún disparo aislado de arma corta han menudeado durante las tres noches de enfrentamientos.

La Policía, que ante la perspectiva de una cuarta noche de algaradas pidió ayer refuerzos a las prefecturas de las provincias limítrofes, ha hecho cuanto ha podido por contener la oleada de violencia. Enmascarados por sus pasamontañas para proteger sus identidades, embutidos en sus monos negros antidisturbios, protegidos por cascos y escudos y armados sólo con porras y cañones de agua, ya que por ley tienen prohibido emplear otro tipo de armamento en la contención de manifestaciones, los agentes se han visto por momentos desbordados.

En la noche del jueves, hasta una docena de incendios en vehículos y mobiliario urbano trajeron a bomberos y agentes de cabeza. Y la pasada noche no presentaba mejores perspectivas, sino todo lo contrario, ya que grupos de anarquistas daneses, siempre dispuestos a oponerse a la autoridad sea donde sea, habían amenazado con sumarse a la «diversión».

Población inmigrante

Corrió entonces como la pólvora entre la comunidad musulmana el rumor de que el dueño pretendía ceder el local a una asociación cultural cristiana. El virus del enfrentamiento interreligioso había sido inoculado. Y fue cuando los grupos de descontentos decidieron actuar como «okupas». Tres semanas después, la policía procedía a su desalojo, y la insurrección de buena parte de la comunidad musulmana de Rosengard estaba servida.

Alrededor de una veintena de personas han sido arrestadas en los disturbios, aunque casi todos eran menores y han quedado en libertad. No ha habido heridos graves y los daños han sido evaluados por la municipalidad en un millón de coronas, unos 105.000 euros.

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