O bra vigilada por gitanos» dicen los carteles que pueden verse en algunas obras de la ‘Supersur’ en Trapagaran. Lo cierto es que son carteles muy curiosos, porque provocan al mismo tiempo risa e inquietud. Por un lado es puro ‘Celtiberia show’. Por el otro, espanta pensar qué clase de servicios presta una gente que utiliza su origen étnico a modo de advertencia.

Sabemos que en ciudades como Madrid, Barcelona y Valencia existen mafias dedicadas a la vigilancia ilegal de obras. Su método de trabajo es sencillo. Se brindan a los empresarios para cuidar de sus tajos y, si son rechazados, esa misma noche comienzan los robos en las obras. Un clásico siciliano: alguien se ofrece para resolver un problema que él mismo genera. Algunos de estos grupos llegan a constituirse en empresas de seguridad, pero no suelen tener los permisos necesarios para desempeñar una actividad regulada por el Ministerio del Interior y la Ley de Seguridad Privada.

En Internet abundan las fotos de los carteles que estos grupos colocan en las obras. Suelen ser de factura pedestre y en todos ellos queda muy claro que los cuidadores son gitanos. A veces, aparece dibujado un hombre con una estaca. El rótulo más celebrado es el de una obra pública de Torrejón de Ardoz donde se leía: «Vigilante gitano. Pego tiros».

No estaría mal que la Diputación explicase qué hay detrás de los pintorescos carteles de Trapagaran: quién vigila esas obras, cuál es su capacitación profesional, a qué régimen de la Seguridad Social está afilado, etc. Ya puestos, es imprescindible que la Consejería de Carteles se ocupe de los letreros. Son inadmisibles. Para empezar, están escritos sólo en castellano y deberían estarlo también en euskera y en caló, que, como recuerda a veces el lehendakari, son dos de las lenguas más antiguas del mundo. Para seguir, el texto debería evitar el lenguaje machista y omitir cualquier giro xenófobo. Desde aquí exigimos que los carteles se sustituyan inmediatamente por otros de contenido tolerante, igualitario y multicultural. Por ejemplo: «Obra vigilada por expertos y expertas en seguridad de formación autodidacta y respetable origen vascoromaní».