PACTO POR LA INMIGRACION

Montilla pide a los inmigrantes que hablen catalán en público para ser «un solo pueblo»

El Mundo, DANIEL G. SASTRE, 20-12-2008

Quiere convertir esa lengua en la «común de todos los hombres y mujeres que viven en Cataluña» Había expectación por conocer qué interpretación haría el presidente de la Generalitat, José Montilla, del Pacto por la Inmigración. El documento, que se firmó ayer con toda solemnidad, establece como requisito para la regularización definitiva de los inmigrantes acreditar un dominio mínimo del catalán. Montilla no sólo dio su visto bueno a esa manera de entender el arraigo, sino que la llevó aún más lejos.


El catalán, dijo, debe convertirse «en lengua común y vehículo de comunicación de todos los hombres y mujeres que viven en Cataluña», porque eso garantiza que siga siendo «un solo pueblo».


La firma del pacto, el tercero de los cuatro grandes acuerdos que Montilla propuso al principio de la legislatura, no ha estado exenta de tensiones. CiU no se adhirió hasta el último minuto, y además no ha firmado todo el texto. El PP y Ciutadans se han quedado definitivamente fuera. En cambio, hasta 29 agentes – entre asociaciones de inmigrantes y vecinos, patronal y sindicatos, además de partidos políticos – han rubricado un texto que es poco más que una declaración de intenciones.


Por ello era tan sintomático lo que dijera ayer Montilla. Y, al final, su discurso fue elogiado en petit comité por dirigentes de ERC, un partido que intentó sin éxito que los inmigrantes tuvieran que pasar un curso para demostrar sus conocimientos de catalán y su nivel de integración.


El presidente de la Generalitat aseguró que el pacto, que establece que todos los inmigrantes que lleven al menos tres años en Cataluña y quieran acreditar su arraigo social para regularizar su situación deberán demostrar su conocimiento del catalán, ayudará a que Cataluña siga siendo «un solo pueblo».


En opinión de Montilla, eso se traduce en que los inmigrantes y sus hijos «deben tener la oportunidad de construir Cataluña».Recordó que eso ya se hizo «con los inmigrantes del resto de España», un examen que, dijo, «se pasó con nota alta».


«Queremos que nos respeten, que conozcan quiénes somos y qué somos, que conozcan y respeten nuestras tradiciones», añadió.


Y después llegó la encendida defensa de la lengua catalana, un idioma que debe servir como «acogida y punto de encuentro» para los inmigrantes, según Montilla. «Trabajando con perseverancia y actuando con confianza avanzaremos más que con imposiciones, y convertiremos el catalán en la lengua común y vehículo de comunicación de todos los hombres y mujeres que viven en Cataluña», aseguró.


Sostuvo además el presidente catalán la necesidad de que las autoridades hagan «lo que sea necesario» para que los recién llegados perciban y tengan acceso al catalán como «lengua propia» de Cataluña. «El inmigrante debe percibir que nos alegran sus esfuerzos por hablar catalán. Tienen que ver [ese idioma] como una herramienta más para el alcance de la ciudadanía», añadió.


Esa defensa del catalán incluyó también un ataque a «quienes quisieran crear» un conflicto entre el castellano y el catalán en Cataluña. Lamentó que esa lengua siga siendo «objeto de ataques y menosprecio» de quienes quisieran «arrinconarla en un ámbito meramente doméstico», cuya derrota vaticinó: «Los pocos que lo pretenden no se saldrán con la suya, ni en la escuela ni en la calle».


El Pacto por la Inmigración prevé una inversión de 3.880 millones de euros hasta 2012. CiU no ha firmado uno de los anexos, que establece una rebaja – de 10 años a cinco – en el período de residencia regular para el acceso a la nacionalidad. Tampoco cree que esté aclarado el reagrupamiento familiar ni está de acuerdo en que se establezca que para poder votar en las elecciones municipales se requiera un permiso de «residencia permanente», y por ello su líder, Artur Mas, delegó en el portavoz parlamentario Oriol Pujol para firmar el documento.


La presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez – Camacho, justificó el rechazo de su partido en que, en su opinión, el texto es «papel mojado» porque «no aborda la situación real de la inmigración» y porque «relega al castellano al papel de lengua optativa».

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