E L lehendakari Juan José Ibarretxe traspasó ayer la barrera de su escaño en el Parlamento Vasco y la de los foros políticos y económicos donde desarrolla la mayor parte de su trabajo para saltar al ruedo de los ciudadanos de a pie y exponerse a cuantas preguntas quisieran hacerle. Ocurrió en el Teatro Usurbe de Beasain, que se quedó pequeño para acoger a los centenares de personas que quisieron acercarse a esta cita con el mandatario vasco para escucharle o exponerle sus observaciones, críticas y preguntas.

No sólo el espacio se quedó pequeño. También la duración de una hora inicialmente prevista se quedó corta, y la sesión promovida por la Mancomunidad del Goierri se prolongó finalmente más de dos horas.

Consciente de que el auditorio le haría sudar la gota gorda, el lehendakari se quitó desde el primer momento la chaqueta para afrontar el interrogatorio . En el patio de butacas y en los palcos siguieron atentos la sesión el diputado general de Gipuzkoa, Markel Olano, el representante del Gipuzko Buru Batzar Jon Jauregi, y alcaldes del Goierri, junto con representantes de empresas y colectivos sociales de la comarca. En el escenario, junto a Ibarretxe, destacaron caras conocidas como la del alcalde de Beasain, Patxi Plazaola, o la escaladora lazkaotarra Josune Bereziartu.

Rompió el hielo el bertsolari Iñaki Murua, quién dio al lehendakari el primer tirón de orejas, reprochándole que se invierta tanto en I+D+i y queden relegados a un segundo plano los planes de fomento del uso del euskera o la cultura vasca. Con humor, preguntó si el hecho de que las dos últimas consejeras de Cultura – Mari Carmen Garmendia y Miren Azkarate – hayan sido a su vez portavoces del Gobierno Vasco demuestra que la cultura deja “mucho tiempo libre” o se considera una materia de segundo rango.

Ibarretxe respondió que es precisamente mediante la I+D+i – que señaló que no tiene por qué quedar restringida al mundo económico – , como cree que se debe aplicar un revulsivo al mundo de la cultura vasca y el euskera para “darles su lugar en el mundo”.

Andoni Antxia, integrante de la lista de ANV anulada en Beasain y ex representante de EH, inquirió al lehendakari sobre la necesidad de resolver el problema político pendiente haciendo efectivo el derecho a decidir. Fue además muy crítico con el proyecto de Ley de Vivienda aprobado ayer mismo, así como con la inversión en prestaciones sociales en el País Vasco, a su juicio muy alejada de la media europea.

Ibarretxe contestó punto por punto. Respecto al problema político, consideró que la solución al problema de la territorialidad, la soberanía y el derecho a decidir pasa por “sumar las fuerzas de todas las formaciones democráticas” partidarias de resolver el conflicto dando la palabra a la ciudadanía. Además, apostó por que la izquierda abertzale se reincorpore al debate político.

vivienda, empleo y crisis

Retos de futuro

Sobre la Ley de Vivienda, reconoció que ya no hay tiempo material para hacer realidad en esta legislatura el proyecto aprobado ayer, pero lo consideró un documento de base muy valioso para que el Gobierno Vasco que se configure tras las elecciones de marzo “no tenga que empezar desde cero”. Aportó además a Antxia datos sobre la tasa de pobreza y la renta básica que contradecían su tesis de que Euskadi se haya a la cola de Europa.

La siguiente batería de preguntas la hizo Arantza Ruiz de Larrinaga, que como representante del movimiento feminista del Goierri preguntó a Ibarretxe qué piensa hacer para elevar la baja tasa de empleo femenino o que se cumplan los compromisos plasmados en la Ley de Igualdad. El mandatario vasco reconoció que esta ley todavía no ha hecho más que empezar andar y queda mucho para su cumplimiento íntegro, pero aseguró que se han logrado “avances impensables” hasta hace poco en materia de igualdad y trabajo femenino, como queda reflejado en la composición paritaria del Parlamento Vasco.

Giovani Molina introdujo la voz de los inmigrantes en la velada. Este ecuatoriano afincando desde hace nueve años en el Goierri, representante de la asociación de latinoamericanos Bat Egin, reivindicó una “convivencia sin exclusiones” e “igualdad de oportunidades” para los casi 3.500 inmigrantes de la comarca. Pidió que el colectivo no sea tratado como una fuente de mano de obra barata y recordó que los vascos también necesitaron emigrar en el pasado. Ibarretxe le trasmitió su solidaridad y rechazó el concepto de “sin papeles que se ha impuesto en el siglo XXI”. “Europa es un lugar donde tratamos a la gente como ganado”, se disculpó. ¿Su solución? Aseguró que tener la competencia de actuar en esta materia ayudaría a mejorar las condiciones de los inmigrantes, pero la “actual legislación es muy limitadora”.

Con la intervención de Jon Agirre, representante del movimiento cooperativo en el Goierri, el lehendakari se vio obligado a responder sobre el modo de actuar contra la crisis económica. Su receta pasa por la regulación de un mercado que en los últimos años se ha regido por la “soberbia”. “Un mercado sin valores no es un mercado, es un rastro”, aseguró. La innovación y la internacionalización son, a su modo de ver, las dos vías para salir del negro panorama que se avecina.

Estas cinco intervenciones programadas dieron paso a otras muchas preguntas del público, entre las que destacó la de un trabajador del centro de salud de Beasain que denunció la precariedad del servicio que ofrece Osakidetza y la falta de personal. Ibarretxe reconoció que el problema de plantilla se agravará, como está sucediendo en toda Europa, a la vista de que la demanda de servicios sanitarios crece de modo “exponencial”. Y en este punto volvió a reivindicar un mayor nivel competencial para poder resolver el problema.

No faltaron en el turno de preguntas las de dos representantes de AHT Gelditu!, Jone Etxeberria e Idoia Bazatarrika, quien denunciaron que la construcción del TAV no se haya sometido a debate social. El lehendakari respondió que el tiempo de debate ya tuvo lugar hace 20 años, cuando se decidió seguir adelante con la Y ferroviaria vasca, y ahora es tiempo de construirla. “Es justo estar en contra o a favor del TAV. Lo que no es de recibo es utilizar la violencia para parar el tren. De todos modos, pienso que el progreso no es parar el tren, sino subir a él”, replicó.