La crisis se está dejando notar en todos los sectores, pero «se ha cebado con los que menos tienen». Así de rotundos se mostraron los miembros de Cáritas durante la presentación de los resultados de este curso, en el que casi se ha duplicado el gasto en ayudas y el número de respuestas económicas. Dos medidas para hacer frente a la llegada masiva de familias en situaciones complicadas experimentada a lo largo de todo este año. En 2008, casi 7.300 personas – 2.000 más que el curso anterior – han pasado por las instalaciones de la organización aunque «son datos a fecha de 30 de noviembre. Aún queda un mes», advirtió Ramón Ibeas, secretario general de la ONG con cierto aire pesimista.

Las previsiones tampoco auguran una mejora para los próximos meses. A pesar de que la entidad ha destinado este año un total de 415.035 euros a ayudas – un 67% más que en 2007 – repartidas entre sus diferentes programas, los responsables de la organización anunciaron un incremento de sus inversiones para 2009. «Cáritas hará todos los esfuerzos que estén en sus manos» para acabar con los obstáculos de los que se acercan a sus locales, reconoció Ignacio Loza, director del colectivo en la provincia. Y con la intención de frenar muchos de estos problemas, en 2008 se han dado 924 respuestas económicas respecto a las 520 realizadas en el anterior periodo.

Cada una de estas acciones se ha adecuado a las características del demandante, cuyo perfil ha variado en los últimos meses. Cáritas ha comenzado a recibir la visita de nuevos sectores de población, como son los inmigrantes que han perdido su puesto de trabajo – con el consecuente peligro de quedarse también sin el permiso de residencia – , los extranjeros desempleados que se encuentran en Álava en situación de tránsito y las «familias autóctonas» con dificultades. Tres grupos para los que estas navidades se harán especialmente cuesta arriba.

Sin embargo, la organización no ha pasado por alto la cercanía de estas fechas, en las que busca «la comunión» entre las personas. «Vivimos en una sociedad anónima y Cáritas quiere que sea más solidaria», explicó Loza. Los mensajes lacrimógenos no son, a juicio de los responsables de la ONG, la mejor forma de conseguir la «empatía y cercanía» entre los ciudadanos, sino que ahora la mejor apuesta es hablar en una clave de «esperanza», destacaron.

Solidaridad

Pero Cáritas no es el único grupo en haber constatado la preocupante realidad en que se ha convertido la crisis. La coordinadora de ONG de Euskadi solicitó ayer que no se reduzcan las ayudas que las instituciones y los particulares destinan a los más desfavorecidos. «En los presupuestos, tanto de Álava como del País Vasco, ha habido una disminución, porque también se han reducido sus ingresos. Pero es ahora cuando una institución puede demostrar si es solidaria», recalcó la portavoz del colectivo vasco, Aurora Hermosilla.

Tampoco se olvidó de los donativos individuales, especialmente en materia de ropa o juguetes, de los que otros años por estas fechas «ya había bastantes y en esta ocasión hasta ahora aún no tenemos noticias». En ese sentido, recordó que «los que menos tienen son los que más van a padecer». Para la asociación, la mejora de la situación actual pasa «por cambiar actitudes a nivel particular».