60. º aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos Kouchner considera "un error" haber creado una secretaría de Estado de Derechos Humanos

La diplomacia vence al corazón

La Vanguardia, , 11-12-2008

LLUÍS URÍA – París. Corresponsal

Sarkozy se siente “decepcionado” por la resistencia de Rama Yade a ir al Parlamento Europeo
La diplomacia y los derechos humanos casan mal. Una cosa son los intereses de Estado y otra la defensa de los principios. Y pretender que vayan de la mano es probablemente una misión imposible. Así piensa hoy el ministro de Exteriores francés, Bernard Kouchner, quien considera que la iniciativa de crear una secretaría de Estado de Derechos Humanos fue un “error”. El titular del Quai d´Orsay, un idealista al que su larga experiencia en el terreno de la ayuda humanitaria ha convertido en un pragmático, decidió hacer esta confesión pública en una fecha en absoluto neutra: la conmemoración del 60. º aniversario de la firma de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

“Hay una contradicción permanente entre los derechos humanos y la política exterior de un Estado, incluso en Francia. Esta contradicción puede ser fecunda, pero ¿hacía falta darle un carácter gubernamental creando una secretaría de Estado? Ya no lo creo, y fue un error por mi parte proponérselo al presidente”, afirmó en una entrevista publicada ayer por el diario Le Parisien.

Fundador de Médicos sin Fronteras – de donde le viene el apodo de French Doctor-y adalid del derecho de injerencia por razones humanitarias, Kouchner siempre ha hecho gala de hablar claro y directo. También en este caso. “No se puede dirigir la política exterior de un país únicamente en función de los derechos humanos. Dirigir un país se aleja evidentemente de un cierto angelismo”, añade en la entrevista.

El ministro de Exteriores subrayó que su crítica concernía a la “estructura” y no a la acción que ha llevado a cabo desde la secretaría de Estado de Derechos Humanos su titular, Rama Yade, quien – considera Kouchner-“ha hecho con talento lo que ha podido”. Que no es mucho, se infiere. No es esta, sin embargo, la opinión de la interesada, que ayer aprovechó un acto de conmemoración del 60. º aniversario para reivindicar su papel y replicar a su ministro: “Naturalmente, nadie es tan ingenuo para creer que la política exterior se construye únicamente sobre los valores. Pero para míy para el presidente de la República, Francia no es Francia sin los valores”, afirmó.

El papel de Rama Yade en estos 18 meses de gobierno ha sido un constante foco de fricciones. Erigida en una suerte de Pepito Grillo – a falta de otras atribuciones-,la secretaria de Estado ha sembrado su mandato de declaraciones provocadoras y polémicas, como cuando advirtió al coronel

Gadafi – en vísperas de su visita oficial a París-que Francia no era “un felpudo al que un dirigente, terrorista o no, podía ir a secarse los pies de la sangre de sus crímenes”. Si aquello se saldó con una discreta amonestación, sus amenazas a China – a cuyo Gobierno puso una serie de condiciones para no boicotear la inauguración de los Juegos Olímpicos de Pekín-le costaron una desautorización en toda regla. Su ausencia de la delegación que acompañó al presidente de la República, Nicolas Sarkozy, en su viaje oficial a China a finales del 2007 ya fue toda una señal de cuáles eran las reglas del juego.

El presidente francés, que hasta ahora había apreciado el talante provocador de Rama Yade, no parece tan convencido desde hace un tiempo de la utilidad de su joven pupila en el Quai d´Orsay, y en las últimas semanas se ha dedicado a empujarla para que acepte ser candidata en las elecciones al Parlamento Europeo de junio del 2009. La resistencia de Yade, que el pasado fin de semana volvió a rechazar esta salida, ha causado una gran contrariedad en Sarkozy, quien – según se ha dedicado a airear profusamente el Elíseo-se siente “decepcionado”. Rama Yade, igual que Rachida Dati, parece tener la puerta abierta para dejar el Gobierno en la próxima remodelación ministerial.

Mujer, joven, negra… y respondona

“Decepcionado”. La misma expresión, utilizada para describir el estado de ánimo de Nicolas Sarkozy, ha puesto en la picota a Rachida Dati y Rama Yade, símbolos ambas de la integración de las minorías. Y candidatas ambas también a dejar el Ejecutivo. Yade, nacida hace 32 años – los cumple mañana-en Senegal, es la personalidad negra que ocupa el lugar más alto en el organigrama del Estado. Orgulloso al principio, Sarkozy no ha visto sus expectativas colmadas y no ha digerido que Yade, uno de los miembros más respondones del Gobierno, conteste sus decisiones. “Ser ministra tan joven se le ha subido a la cabeza”, comentan en el Elíseo.

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