¿Cómo se arropa a quien duerme en un contenedor?, ¿Hay que desear felices sueños al que pernocta en una pesadilla? Se puede intentar. Un ejército de voluntarios recorre silenciosamente la noche para auxiliar a la masa de inmigrantes que ha invadido Jaén para buscar empleo en la campaña de aceituna. Las organizaciones sociales ofrecen abrigo a muchos, pero no abarcan a la totalidad. Y mientras tanto Caritas lamenta que pese a que el Foro de la Inmigración constató la «emergencia social» en Jaén, las administraciones no han hecho ni una sola aportación para aliviarla.
Los inmigrantes instalan su dormitorio en cualquier parte, siempre que esté cerca del albergue municipal. Hasta 15 jóvenes durmieron la madrugada de ayer en contenedores, lo que los dejó al borde de la hipotermia. Dentro de la improvisada cama nido, a punto de quedarse pajaritos, inspiraron lástima a Dolores Megina, portavoz de la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), una de las organizaciones que participan en la lucha que dirimen la mala conciencia pública y la buena voluntad privada. «Había llovido y estaban allí, en un contenedor helado, con la ropa mojada», cuenta Megina, miembro del foro social, organización que ofreció ropa seca a los chicos para que entraran en calor. La lluvia seguirá unos cuantos días más como telonera del frío, que retornará en breve. «Si siguen allí va a suceder una desgracia», alerta la portavoz de HOAC, que denuncia que la respuesta de las administraciones es insuficiente. Como prueba número uno aporta la imagen de los jóvenes en los contenedores. La evidencia número dos es el campamento, salpicado de hogueras, levantado desde hace semanas en la explanada del albergue.
La combinación de las inclemencias meteorológicas con la falta de digestión afecta ya a la salud. El colectivo de inmigrantes es un organismo debilitado en el que hace mella la enfermedad. El foro social ha llevado a cuatro extranjeros a centros de salud. Uno con bronquitis, otro con problemas oculares. Y el resto con dolor de muelas.
HOAC y Cáritas son dos de las organizaciones que encabezan la acción. Por ello el presidente de Cáritas no duda en criticar que Chaves haya dicho que es una cuestió de «tiempo y paciencia». Pero no todo es iniciativa seglar. La Iglesia también alumbra solidaridad. La parroquia de San Juan Bosco ha abierto sus puertas a 20 inmigrantes que, a diferencia de lo que ocurre en el dispositivo abierto por los ayuntamientos, disponen de alimento, aseo, calefacción y afecto.