JOSÉ BEJARANO – Sevilla
En Almería, una chispa puede provocar un incendio, que degenera después en un enfrentamiento entre colectivos étnicos o de distinta procedencia. La muerte de Sega S., maliense de 24 años la noche del domingo en La Mojonera, localidad vecina de El Ejido, al parecer acuchillado por un marroquí, ha originado un estallido de protestas callejeras con altercados similar a las ocurridas en septiembre por la muerte de un senegalés a manos de un español. La Guardia Civil ha detenido a seis personas por participar en los disturbios, entre las que, al parecer, se encuentra el principal sospechoso de haber matado al joven maliense.

El origen de todo fue, según los testigos, el intento de robo sufrido por Sega S. cuando se encontraba en el interior de un locutorio sobre las 21 horas del domingo. Una vez en la calle, el maliense acompañado por algunos familiares, habría perseguido a sus asaltantes, tres marroquíes ya detenidos, y uno de ellos se revolvió para propinarle una cuchillada mortal.

A partir de ese momento se desató la violencia de grupos de subsaharianos contra vehículos, contenedores y una tienda y un locutorio regentados por marroquíes que nada tenían que ver con el asunto. Los incidentes tuvieron lugar durante la noche del domingo y se reprodujeron ayer tarde, cuando agentes de la Guardia Civil cargaron contra grupos de inmigrantes que pretendían tirar piedras contra establecimientos marroquíes.

Los detenidos eran seis anoche: tres marroquíes, uno como presunto asesino (Mohamed S.) y los otros dos como coautores del atraco, y tres subsaharianos que habrían intervenido en los desórdenes de la noche del domingo. Los tres marroquíes fueron localizados por la Guardia Civil ocultos en una vivienda de La Mojonera. La tensión en la zona donde tuvo lugar el crimen se mantenía ayer tarde, aunque el despliegue policial impidió que se organizaran grupos violentos. La subdelegación del Gobierno en Almería ordenó reforzar las patrullas, ante el temor de que se reprodujeran los altercados durante la noche. También la policía local vigila el barrio.

Colectivos de inmigrantes, el alcalde de La Mojonera, José Cara, y el Defensor del Pueblo andaluz, José Chamizo, realizaron ayer llamamientos a la calma. José Cara (PP) ha recordado que el 30 por ciento de los 10.000 vecinos de La Mojonera son extranjeros y que nunca antes había habido enfrentamientos. El alcalde dijo comprender el dolor que la muerte ha ocasionado entre los subsaharianos, pero rechazó que algunos se tomen la justicia por su mano. Por su parte, Chamizo puso el acento en la necesidad de intensificar las políticas de integración y convivencia en las localidades con mayor presencia de inmigrantes. El Defensor andaluz señaló que el problema de fondo es “la situación de pobreza en que vive esta gente”.

LA CLAVE

El malestar latente

El Poniente almeriense, plagado de invernaderos, es una mezcla de riqueza y miseria, un polvorín siempre a punto de estallar. Antes fue El Ejido, después Roquetas y ahora La Mojonera. La lucha no es entre propietarios y peones, sino entre los últimos y los penúltimos en llegar. Marroquíes y subsaharianos se disputan el escaso trabajo y el ajustado espacio urbano.