La muerte de un joven subsahariano desata nuevos disturbios en Almería

El intento de robo de una cartera por parte de tres marroquíes desencadenó el fatal altercado.

Deia, 09-12-2008

almería. La muerte en La Mojonera de Sega S., un ciudadano malí de 24 años, ha reavivado los enfrentamientos en la comarca del Poniente almeriense, donde está Roquetas de Mar, localidad en la que hace tres meses hubo disturbios por el homicidio de un senegalés.

Los altercados en La Mojonera, poblada por unas 10.000 personas, un 30% extranjeros, se iniciaron a las 20.30 horas del domingo, cuando tres marroquíes intentaron robarle la cartera en el interior de un locutorio situado en la plaza Príncipe Felipe.

Al percatarse del intento de robo, Sega S. comenzó a perseguir a sus asaltantes acompañado por varios compatriotas, y en un enfrentamiento posterior, Mohamed S., de 28 años, presuntamente le asestó una puñalada mortal.

El presunto homicida y sus dos compatriotas – Aziz E.S. y Abderrahim L. – fueron arrestados en una vivienda de la localidad a las 2.30 horas, momento en el que la calma había vuelto ya a La Mojonera, que “siempre se ha caracterizado por la convivencia tranquila” entre colectivos, según su alcalde, Pepe Cara.

Antes de los arrestos, el homicidio había suscitado la ira entre el colectivo subsahariano, que protagonizó una reyerta entre una veintena de personas, que arrojaron piedras contra los coches, forzaron el cierre de locutorios, vaciaron contenedores y prendieron fuego a varios vehículos.

Tres personas fueron detenidas por alteración del orden y daños. La acción de estos grupos aislados se saldó con daños en cinco vehículos, así como en dos locutorios regentados por magrebíes.

La dueña de uno de estos locales, de nacionalidad marroquí, lamentaba que la culpa del crimen recaiga sobre los magrebíes, que han sufrido cuantiosos destrozos en sus propiedades cuando muchos, como ella, ni siquiera tenían conocimiento del homicidio.

Los llamamientos a la calma se sucedieron en la jornada de ayer, en la que la tranquilidad se vio quebrada únicamente a primera hora de la tarde, cuando la Guardia Civil cargó de nuevo para disolver a grupos de exaltados que volvió a arrojar piedras en la zona del apuñalamiento.

El alcalde de la localidad aseguró que comprende el “dolor y la rabia” que ha cundido entre los subsaharianos, lo que no justifica, a su entender, la actuación de “algunos individuos aislados” que han optado por “tomarse la Justicia por su mano”. >efe

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