ÁNGEL MARÍN

BARCELONA. El Consorcio de las Drassanes – integrado por el Ayuntamiento, la Autoridad Portuaria y la Diputación de Barcelona – cedió ayer gratuitamente la sala Marqués de Comillas a la comunidad musulmana para que pudiera realizar el acto religioso que celebra el final del peregrinaje a La Meca, más conocido como la fiesta del sacrifico del cordero.

La histórica sala, construida en el siglo XVII, se quedó pequeña para albergar a unos 4.000 musulmanes que rezaron en dos turnos – a las 9.00 y 9.45 horas de la mañana – por el aforo de local. Precisamente, la comunidad musulmana llevaba diez años celebrando la fiesta del cordero en el pabellón del del Raval, pero este espacio municipal también se quedó corto ante el aluvión de inmigrantes que procesan la religión islámica y que residen en la Ciudad Condal.

Los responsables del Centro Islámico Camino de la Paz. una de las entidades organizadoras de esta multitudinaria celebración religiosa, agradecieron a las autoridades autonómicas, provinciales y locales su «colaboración» y «comprensión» con la comunidad pakistaní de Barcelona, que ayer demostró su poder de convocatoria y organización.

Al acto religioso asistieron Jordi López, en representación de la presidencia de la Generalitat, el concejal delegado Ignasi Cardelus en nombre del alcalde de Barcelona y Avel.lí Serrano, coordinador del área de cultura de la Diputación de Barcelona.

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