P. I.

VALLADOLID. Su historia, como la de tantos otros, ha pasado de la ilusión por conseguir nuevas oportunidades a la desesperación provocada por una crisis económica que las evapora. Sin trabajo y pocos recursos, no desecha la posibilidad de volver atrás y regresar a su país si la situación no mejora.

- ¿Cuánto tiempo lleva en España?

- El próximo mes de febrero se cumplirán cuatro años.

- ¿Qué la impulsó a dejar su país para venir?

- Muchas circunstancias, pero sobre todo, la ilusión de mejorar.

- ¿Y lo ha conseguido?

- Hasta ahora sí. Siempre he trabajado desde que llegué a España. Primero como empleada de hogar y luego como ayudante de cocina, camarera o en empresas de limpieza. Pero finalizó el último contrato y ahora busco empleo.

- La situación no ayuda…

- En absoluto. Además, a los extranjeros nos afecta más porque si no trabajamos, no comemos. En ocasiones anteriores, cuando se acabó un contrato, rápido me surgieron otras ofertas, pero ahora…

- Pero la gente piensa que para su colectivo es más fácil porque reciben ayudas…

- Cierto, pero cuando encuentras trabajo ya no tenemos ayudas. En mi caso me da vergüenza ir a por esas ayudas. Sólo las pedí cuando las necesité.

- ¿Qué tipo de trabajo busca?

- Lo que sea, incluso por horas. Aunque soy educadora infantil, con el titulo homologado en España desde el 14 de agosto, he trabajado en otras cosas.

- ¿Desmoraliza tener unos estudios que no puede poner en práctica?

- Hay momentos en que sí, pero es obvio que estamos en un país que no es el nuestro y no conocemos a nadie para que nos pueda echar una mano.

- ¿Usted tiene en España a su familia?

- Mi hija de 14 años, dos hermanos y mi madre están en Palma de Mallorca. Estuve allí, pero regresé a Valladolid porque con la homologación creo que será más sencillo trabajar aquí que en las islas porque allí exigen el balear.

- Pese a que los suyos están en España, ¿se plantea regresar a Colombia?

- Si la situación no cambia, sí. Lo he pensado y se lo he dicho a mi madre. En caso de que no consiga trabajo yo no puedo vivir del clima. Tengo que sacar adelante a mi hija y no tengo ayuda de su padre. Ese fue el precio que tuve que pagar por venirme y no querer saber más de él.

- Imagino que estas Navidades no serán tan felices.

- No, pero hay que seguir adelante. Es importante no caer y que la tristeza te hunda.

- ¿Qué deseo pediría?

- Sólo uno. Tener un trabajo y ganar lo que necesito.