Dirección a La Meca

La fiesta del Cordero reúne a cerca de 400 musulmanes en las instalaciones del pabellón René Marigil de Sagunto

Las Provincias, LAURA MONTAÑANA, 09-12-2008

Las raíces no se pierden ni aún cuando uno se encuentra lejos de su hogar. Y precisamente, gracias a eso, las costumbres religiosas y populares se entremezclan con otras culturas. Algo que hasta hace bien poco, el vecino no estaba acostumbrado a ver y ante sus ojos era como novedoso y extraño. Para muchos extranjeros, sin embargo, es un momento en el que regresan a sus tradiciones y arraigos, desplazados casi a un lado, desde que residen en un nuevo país con otras costumbres.

A más de 1.000 kilómetros de distancia que separan su actual residencia de sus orígenes, los musulmanes que viven en Sagunto y Puerto convirtieron ayer, día de la Inmaculada, el polideportivo René Marigil en su santuario sagrado. El Aid El – Kebir o, comúnmente conocido en España como la fiesta del Cordero, tenía lugar con la participación de casi 400 personas en Sagunto. Un ritual religioso y popular que representa la fiesta mayor de su calendario lunar.

Una vez pasado el mes del Ramadán, setenta días después los musulmanes celebran el sacrificio del profeta Mahoma y justo cuando se concluye la ceremonia de peregrinación a La Meca, se presenta la fiesta del Cordero, conocida por ellos religiosamente como el día del sacrificio, el Aid El – Adh. Una recompensa para todos los mahometanos por el esfuerzo realizado en sus ofrendas y que honran por todo lo alto en honor del profeta Abraham.

Según las leyendas bíblicas interpretadas por el Corán, Abraham, ordenado por Dios, debía de sacrificar a uno de sus dos hijos, Ismael. Justo en el último momento, Dios perdonó a Abraham y cambió la muerte de su primogénito por la de un cordero. Desde entonces, se estableció en la religión que no habría ningún sacrificio humano y cada familia celebra el acto con la matanza de un cordero.

Conmemorando la historia de este profeta, los musulmanes honran este día que se sustenta como uno de los cinco pilares del Islam. Aún cuando están lejos de casa, celebrar y recordar las fechas señaladas en su religión no supone mayores problemas siempre y cuando se adapten a la vida que ahora llevan en España.

“Esta vez ha coincidido con el día festivo y nos permite a todos celebrarlo. Otros años, si es un día laboral y trabajamos, es más difícil”, explicó Khalid, uno de los organizadores del Centro Cultural Islámico La Paz.

Sin haber perdido el hábito desde que se establecieran en la Comunitat, la fiesta del Cordero celebrada ayer fue especial, ya que pudieron llevar a cabo todos sus ritos sin perder sus costumbres, pero adecuándolo a su nueva situación. Por primera vez, los musulmanes de Sagunto abandonaban la Mezquita y se reunían en un pabellón deportivo, acorde a sus necesidades, un lugar amplio que albergó a una cantidad mucho mayor respecto a años anteriores.

Así, reunidos en la nave, arrodillados cada uno sobre su pequeña alfombra y respetando la tradición de ir descalzos, casi 400 islamistas oraban dirección a La Meca unos versículos en árabe que sólo se cantan durante sus dos fiestas anuales. Un acto que se ha hecho posible gracias al esfuerzo de los organizadores y las facilidades que el Ayuntamiento de Sagunto ha puesto a disposición de los mismos.


La carne

Tras la celebración y los besos en señal de hermanamiento cada uno se dirigió a su casa donde se encargaban de cocinar el cordero que habían sacrificado. El resto del día transcurrió para ellos entre risas y fiesta mientras comían los tradicionales “pinchitos de carne”.

Ya por la noche, a puerta cerrada en la Mezquita, una pequeña fiesta seguía honrando el día. El Centro Cultural Islámico La Paz de Sagunto organizó para aquellos que no habían podido permitirse sacrificar un cordero o a los que se encuentran solos y sin familiares, un reducido banquete. Ahora, el próximo objetivo de estos mahometanos es ampliar su calendario de festividades importantes, llegando incluso a impulsar una semana intercultural de convivencia para todos los ciudadanos del municipio.

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