La fiesta grande del islam

La celebración del sacrificio se lleva a cabo en coincidenciacon la multitudinaria y preceptiva peregrinación a La Meca

El Correo, J. E., 09-12-2008

La ciudad de La Meca, en Arabia Saudí, donde se encuentra la Kaaba – el templo más sagrado del islam – , era ayer un hervidero de miles de peregrinos que se dirigían al valle de la Mina para participar en la oración del Aid (Fiesta) como manda el precepto del profeta Mahoma. Tras este rezo, que se repite cada año en todas las mezquitas, los musulmanes de todo el mundo sacrifican una pieza de ganado, que marca el comienzo del Aid al – Kabir (la Fiesta Grande) conocido también con el nombre de Aid al – Adha (la Fiesta del Sacrificio).

A lo largo del día y hasta la puesta del sol, los musulmanes degollan un carnero, un toro, un buey o un camello recordando el sacrificio de Abraham, que, según la tradición islámica, cuando ya estaba dispuesto a matar a su hijo por mandato divino, recibió la orden de que en su lugar sacrificara un carnero. Luego el animal muerto se divide en tres partes: una para quien lo compró, otra para los familiares y la tercera para los pobres.

Mientras la Fiesta Grande, que se inició ayer y concluirá mañana, convoca al mundo islámico, en la explanada de Mina, situada a 7 kilómetros al noreste de La Meca, los peregrinos llegados de todos los rincones del planeta se dedican a lapidar tres columnas que simbolizan al diablo.

Este año, por primera vez en la historia, el denominado comité de Acogida de La Meca ha lanzado un proyecto para preparar las piedras que se utilizan en el ritual de la lapidación. El proyecto está dirigido a más de un millón y medio de personas, ya que se repartirán 500.000 bolsas de tela con guijarros suficientes para que, con cada bolsa, tres peregrinos cumplan con el ritual a lo largo de esta fiesta. Se trata de ofrecer al fiel piedras preparadas, limpias y esterilizadas para ahorrar al penitente el esfuerzo de buscarlas en las montañas de Muzdalifa, tal y como se hace de manera tradicional.

Siete vueltas

Una vez finalizada la lapidación del diablo, los peregrinos regresarán a la Kaaba. Llegados allí, darán siete vueltas a esta piedra cúbica y negra situada en el patio de la gran mezquita de La Meca, para marcar el fin del viaje que todo musulmán en buen estado de salud y con medios económicos tiene que realizar al menos una vez en la vida.

Durante estos días de peregrinación y de fiesta, ricos y pobres, intelectuales y analfabetos, príncipes saudíes y mendigos somalíes, se confunden bajo una igual vestimenta blanca que pone de manifiesto la igualdad de los hombres y mujeres ante Dios.

En estos momentos, uno de los principales objetivos de las autoridades de Arabia Saudí es que durante estos tres días, en los que los fieles están meditando, expiando sus pecados y lapidando al diablo no se registren incidentes de ningún tipo. Y es que desde el punto de vista de la seguridad, las tres jornadas de la lapidación son las más sensibles debido a las avalanchas humanas que se han producido en más de una ocasión y que en 2006 causaron la muerte de casi cuatrocientas personas. De cualquier forma, la mayor tragedia se produjo en 1990 cuando perecieron casi 1.500 peregrinos. No obstante, este año se han tomado medidas, y para evitar incidentes en La Meca y sus inmediaciones se han desplegado impresionantes dispositivos de seguridad, sanitarios y de información .

El Hach (peregrinación a La Meca), que se realiza todos los años durante el último mes del calendario islámico, junto a la limosna, los cinco rezos diarios, la profesión de fe y el ayuno durante el mes de Ramadán, es uno de los cinco pilares fundamentales del islam.

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