SAN JOSÉ, Costa Rica.— De Barack Obama a Daniel Ortega o de Adán y Eva a Caín y Abel, y hundida en un tumulto político en Managua, atrapada por un “espacio callado” de un suburbio de California o inmersa en un versículo del Génesis, la escritora nicaragüense Gioconda Belli es una luchadora de la esperanza.

Ama con pasión a Nicaragua—“es un país portátil. Cuando me voy me lo llevo conmigo”—y asimila el “universo de gente esforzada, luchadora, que emigró por necesidad” a Los Ángeles, donde reside con su esposo Charles Castaldi, productor estadounidense de cine.

Y tiene esperanzas con el futuro presidente de Estados Unidos.

“Espero que Barack Obama, que ha vivido en carne propia lo que es ser ciudadano de tercera clase, tenga una visión muy distinta sobre la migración. Que sea más justo con quienes han decidido emigrar y que, al mismo tiempo, promueva cambios e intercambios positivos con América Latina. Con mejores condiciones de vida en sus países de origen, habría menos gente queriendo emigrar”, asegura, en una entrevista.

“La paradoja es que Estados Unidos y su política exterior abusiva y de corta visión hacia América Latina son los mayores responsables de que la gente no encuentre futuro en sus países de origen. Ellos han apoyado regímenes terribles y guerras y ahora no quieren aceptar las consecuencias, echando a los desamparados que ellos mismos ayudaron a crear”, reclama.

“El sueño americano”, aduce, “ya no es posible hoy. Mucho menos con la situación económica actual”.

La autora de El infinito en la palma de la mano, ganador del Premio Sor Juana 2008 que recibió el miércoles en la Feria del Libro de Guadalajara, explica que a partir de 40 versículos del Génesis, el libro narra la expulsión de Adán y Eva del paraíso.

Basada en antiguas narraciones, “por ejemplo, se dice que Caín y Abel nacieron cada uno con una gemela. Estaban supuestos a procrear cada uno con la gemela del otro, pero Caín se enamoró de su propia gemela. De allí que matara a Abel. De alguna manera, explica algo que no está en el Génesis. ¿Cómo se reprodujeron si la única mujer era Eva?”, señala.

Mientras se apresta a celebrar sus 60 años, el próximo 9 de diciembre, esta mujer que ganó premios en América Latina y Europa por su vasta creación literaria en casi cuatro décadas, penetra en las “insinuaciones” de El infinito en la palma de la mano. “Insinúo un vínculo entre la historia sagrada y la teoría de la evolución de Darwin, algo muy atrevido”, ya que “el tiempo humano dentro de la novela sólo empieza cuando ellos comen la fruta prohibida” y pasan “de la perfección casi angelical del principio a la humanidad que debe evolucionar hasta volver al paraíso de nuevo”, observa.

Ex militante del izquierdista Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), que combatió en la guerrilla al somocismo y construyó, de 1979 a 1990, una revolución, Belli rompió hace 14 años con Ortega, al que culpa de querer “perpetuarse en el poder” con un proyecto personal de mando “absoluto”, y en días recientes, en las calles de Managua, le acusó de fraude electoral.

El “danielismo” manipula sin escrúpulos e inventa conspiraciones de Estados Unidos o la derecha— “así llama a todos los que lo adversamos”—para “enemistar una parte del pueblo contra otra y gobernar fabricando y fomentando odio y venganza”, lamenta, aunque sin perder la esperanza.

 
 

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