FÚTBOL JUICIO POR LOS INCIDENTES DEL ATLÉTICO-MARSELLA

La policía no identifica al presunto agresor

"Soy un ultra, pero no un criminal", señala el hincha juzgado

La Vanguardia, , 04-12-2008

JOSÉ MARÍA BRUNET – Madrid
Santos Mirasierra, el hincha del Olympique de Marsella (OM) juzgado por arremeter contra la policía en el estadio Vicente Calderón, se defendió ayer afirmando: “Soy un ultra, pero no un hooligan ni un criminal”. El fiscal mantuvo su petición de ocho años de prisión para Mirasierra, que fue detenido el pasado día 1 de octubre en relación con los incidentes registrados en el estadio Vicente Calderón en el partido entre el Atlético de Madrid y el citado equipo francés. Sin embargo, los policías que actuaron en el campo no pudieron identificar al procesado como su agresor sin ningún género de dudas.

Mirasierra, hijo de un sindicalista francés y de origen extremeño, ha permanecido en la cárcel desde entonces, acusado de los delitos de lesiones, atentado a la autoridad y desórdenes públicos. La pena implicaría la prohibición de entrar en estadios durante tres años tras salir de prisión.

El caso ha provocado cierta conmoción en Francia, como quedó de manifiesto ayer por la presencia en la vista de la cónsul del vecino país en Madrid. La justicia española, a su vez, no ha querido hacer excepciones en el compromiso de combatir con todo rigor la violencia en todas sus manifestaciones, y especialmente en el ámbito deportivo.

El hincha del OM regresó a prisión tras el juicio, a la espera de que la juez dicte sentencia. Según fuentes judiciales, lo hará probablemente esta misma semana. Entre las pruebas con que cuenta figura una grabación de los incidentes en el estadio, proporcionada por la policía.

Mirasierra, a su vez, quiso presentarse ayer en el juicio como un aficionado entregado a su equipo, fanático si se quiere, pero no violento. Admitió, así, que protagonizó un choque con la policía, pero no porque buscara el enfrentamiento, sino en defensa de una joven que estaba siendo golpeada y arrollada en el tumulto.

La legítima defensa de terceros requiere, en todo caso, que la acción sea respuesta a una agresión previa que a su vez resulte ilegítima, y tal cosa no puede decirse de una actuación policial tendente a restablecer el orden.

Erlantz Ibarrondo, el defensor de Mirasierra, argumentó a su vez que el hecho de que el acusado admitiese haber empujado a un policía para defender a una joven aficionada del Olympique no es causa suficiente para imputarle tres delitos y pedirle ocho años de cárcel. Mirasierra también admitió haberse encarado con la policía cuando los agentes requirieron la retirada de una pancarta en la que figuraba una calavera, por entender que ese tipo de símbolos incitan a la violencia. Pero, según su versión de los hechos, en ese momento el enfrentamiento no pasó de ser un forcejeo. La defensa pidió, en suma, la absolución del ultra Mirasierra, y alternativamente planteó que se le condene por haber participado en los incidentes auna pena comprendida entre un mes y medio y nueve meses de prisión.

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