Una explosión de gas natural en un bloque de Gavá deja a 18 personas en estado crítico
ABC, , 04-12-2008Una violenta explosión de gas natural ocurrida de madrugada en un bloque de pisos convirtió ayer el pequeño y marginal barrio de Can Espinós, en las afueras de Gavá (Barcelona), residencia de personas en su mayoría de etnia gitana e inmigrantes, en un infierno de dolor y muerte. Al filo de las tres de la madrugada, un estallido causado por una fuga de gas natural reventó el bloque de pisos situado en el número 1 del camino de Can Espinós, un inmueble construido en 1997 por la Generalitat y en la que vivían 14 familias en régimen de alquiler de protección oficial. Casi medio centenar de vecinos, muchos de ellos emparentados entre sí, resultaron heridos, de los que 18 permanecían, al cierre de esta edición, hospitalizados y en estado muy grave, crítico; y cuatro en estado grave. Entre los más graves, siete menores de edad. Desde el Departamento de Salud se optó por dar ni los nombres, ni las edades ni el sexo de las víctimas.
Aunque a última hora de la tarde todo era aún heridos – ingresados en el Hospital de la Vall d´Hebrón, en el Clínic y el Hospital de Bellvitge – , se esperaba un inminente desenlace fatal en forma de macabra lista de fallecidos porque algunas víctimas sufrían quemaduras de tercer grado en hasta el 90 por ciento de su cuerpo. En la mente de muchos, el recuerdo de la explosión de gas más grave en secuelas humanas de las registradas hasta ayer en Cataluña que ahora podría igualarse, si no superarse. La muerte de 18 personas en una deflagración ocurrida en la avenida del Capitán Arenas de Barcelona el seis de marzo de 1972.
Causas
En el caso de Gavá. las causas del siniestro aún no se saben. Serán investigadas por los agentes de la Policía Científica de los Mossos d´Esquadra que ayer se pusieron manos a la obra entre cascotes. «Todo apunta a una fuga de gas», dijo al mediodía el presidente de la Generalitat, José Montilla, al que la desgracia le pilló en un viaje institucional en Bruselas y que regresó de urgencia a Cataluña por la noche, para visitar a algunos heridos hospitalizados.
Pero en esta desgracia también se mezcla una fuga de agua sospechosa. Por ahora, se baraja la hipótesis de que en este drama tenga un papel un escape de agua que se registró instantes antes del mortal estallido. Como ocurriera en una explosión de gas ocurrida en Santa Coloma de Gramenet (Barcelona) el 12 de enero de 2006, que se saldó con dos muertos y veinte heridos. Entonces, se habló de un escape de agua que agujereó una tubería de gas. Ahora es demasiado pronto para aventurar si ayer sucedió algo parecido, aunque la Generalitat informó, en base a la inspección ocular que hicieron sus técnicos en la zona, «que se detectaron afectaciones en la cañería de distribución de gas natural y en una cañería de agua». Con todo, precisaban que ambas cañerías estaban separadas «por la distancia reglamentaria».
Una posible explicación del accidente podría ser que la citada fuga de agua llevara días en activo, con lo que podría haber descalzado el subsuelo de la calle, anidando allí el gas natural que supuestamente se escapó de una cañería agujererada. No obstante, para llegar a la explosión hace falta un punto de ignición, quizás una chispa de origen eléctrico proveniente de la calle o de alguna vivienda.
Una fuga de agua
Todo comenzó a las 02.47 horas de la madrugada, cuando los bomberos recibieron una llamada de una mujer que aseguraba que había una fuga de agua en la vía pública, frente al bloque donde poco después de ha producido la explosión.
Los Bomberos alertaron a la Policía Local, que comprobó «in situ» que la fuga de agua había dañado algunas baldosas de la calle, por lo que avisaron de nuevo a los bomberos, que empezaron a movilizarse para salir a cubrir ese servicio.
Sin embargo, a las 03.06, cuando los bomberos ya estaban a punto para ir al lugar, recibieron una nueva llamada alertando de que se acababa de producir la explosión, según el consejero Saura.
El bloque siniestrado consta de tres plantas. Forma parte de una promoción de viviendas protegidas acabada de construir en 1997 por el Instituto Catalán del Suelo, que consta de cinco bloques, con un total de 60 viviendas, cuyos inquilinos pagaban entre 300 y 400 euros mensuales.
Demasiados precedentes
En los últimos años, Cataluña acumula una negra estadística en siniestros como el de Gavá. Desde el año 2005, nueve explosiones de gas en viviendas han provocado 18 muertos en esta comunidad, además de numerosos heridos. Otras deflagraciones han provocado también heridos por quemaduras, contusiones o intoxicación por humo y vecinos desalojados.
De entre las más recientes, la explosión más grave tuvo lugar en noviembre de 2005 en la Rambla Nova de Tarragona, en la que murieron cinco personas, entre ellas una mujer y sus tres hijos pequeños, por una gran acumulación de gas natural en la tercera planta, cuyo ocupante también murió.
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