Pujol alerta del "peligro" de la inmigración
El Periodico, , 04-12-2008Ni la “pérdida de autoestima”, ni la “globalización”, con su derivada actual en forma de crisis económica, ni la nueva financiación que, en un contexto de “gran encontronazo” entre Catalunya y España por el Estatut, hasta es posible que reporte “un poco de calderilla” ahora que José Luis Rodríguez Zapatero puede recurrir “al déficit público” precisamente con la excusa de la recesión. Por delante de estos tres grandes escollos de país hay otro que, según afirmó ayer por tres veces el expresident Jordi Pujol, es el primer “problema de Catalunya”: la inmigración.
En la sede de Òmnium Cultural, este es el principal “toque de alerta” que Pujol quiso dar en el coloquio de presentación del libro – entrevista homónimo (Toc d’alerta, de Dèria Editors) que el periodista Salvador Cots ha pergeñado a dos voces con el expresidente del Parlament e histórico dirigente de ERC Heribert Barrera.
En el libro, ambos expresidentes coinciden en diagnosticar que es “más difícil” integrar hoy a los inmigrantes latinoamericanos que a los andaluces durante el franquismo. Pujol llega a sostener que “más que un marroquí, la religión aparte, a los latinoamericanos les cuesta entender la catalanidad”.
Ayer, mientras Barrera se centró y coincidió con Pujol en pedir una “respuesta contundente” y, en consecuencia, “no unitaria” a un posible recorte del Estatut por el Tribunal Constitucional – – respuesta que, pese a “la lógica democrática”, ambos políticos apuntaron que no debería ser otro referendo porque no ven al país con ánimos para ello – – , solo el expresident incidió en la inmigración como “peligro”. Pujol no se anduvo por las ramas: “Si no tuviéramos el problema de la inmigración estaríamos mejor que nunca”.
“PRESIÓN ASFIXIANTE”
Como reto equiparable a la revolución tecnológica, la globalización, la pugna estatutaria Catalunya – España y la perplejidad ciudadana, el exlíder de CiU citó el “alud” de trabajadores extranjeros llegados desde los años 90 como un “problema no nuevo”.
Según él, lo que lo convierte ahora en una “situación peligrosa”, a diferencia de la que “se controló” en los años 60 y 70, es que, más allá de inmigrantes de culturas lejanas, los latinomericanos pueden “llegar a ser una presión española especialmente asfixiante para Catalunya”. Pujol recordó que el expresidente del Gobierno Leopoldo Calvo – Sotelo celebró en una ocasión la “suerte para España de que en Catalunya hubiera habido mucha inmigración”.
En sintonía con reflexiones recientes de Artur Mas y de Joan Puigcercós, Pujol no dio otra receta para “ganar esta batalla” que organizar miles de “parejas lingüísticas” para preservar la lengua propia y evitar el fin de lo que, citando a Barrera, llamó “el grupo étnico catalán”.
El otro “toque de alerta” en el que Pujol se entretuvo fue el de la hostilidad de España. Coincidió con Barrera en que si se recorta el Estatut, Catalunya debe responder de forma “contundente y digna”. Matizó sus declaraciones en las que dudaba de la oportunidad de otro referendo: “Denlo por no dicho; si Miquel Iceta me elogia es que me equivoqué. Apoyaré lo que decidan CDC y Mas”.
Lo que sí hizo Pujol es rechazar una “falsa” unidad de respuesta, incompatible con la firmeza, que solo el PSC podría rentabilizar. Argumentó que la unidad catalana solo existió contra el franquismo y “porque tuvo el liderazgo del PSUC”.
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