Familias de tres y cuatro miembros, el marido en paro y la mujer despedida recientemente, sólo queda una alternativa, aunque sea eventual, acudir a pedir ayuda al Ayuntamiento.

El problema es que este perfil que antes tan sólo se veía una vez al mes, ahora es el pan de cada día, por lo menos así lo comentan desde los Servicios Sociales de Canet d’En Berenguer desde el cual se defiende este mismo departamento como, “el reflejo social de la crisis actual. De hecho, lo que estoy viendo ahora no lo he visto nunca y así lo comentamos en las diferentes reuniones con otros trabajadores sociales”. A diario, desde principios de otoño, esta oficina ve atravesar sus puertas a diez y doce personas, todas ellas con problemas similares: no hay trabajo, muchas hipotecas, e hijos que mantener, la mayoría en edad escolar.

Las peticiones se han triplicado en el último año, tanto es así que en aras de acabar el ejercicio quedan sobre la mesa más de un centenar de solicitudes pendientes de revisión y tramitación. A esto cabe añadir que el mencionado departamento ya ha concedido a lo largo del año 23 de estas ayudas a familias que en pagos derivados supone cerca de unos 200.

Todo esto para una localidad que en estos momentos cuenta con un censo de 5.100 habitantes, por lo que la subvención pertenece a Diputación, lo que significa entre un 3 ó 4% del total del presupuesto para el Ayuntamiento.

Además a este presupuesto se le debe restar el 0,7% obligatorio para las ayudas al tercer mundo. “Una facturación que se queda pequeña. Las necesidades son ilimitadas y los recursos limitados, es el binomio de este trabajo”, explicaban desde este departamento.


El 50% son inmigrantes

El factor determinante que se ha observado es la inmigración. “Todos aquellos que han venido en los últimos años son los que ahora están engrosando las listas de peticiones”. La consecuencia es clara y es que cuando una persona se ve en circunstancias similares se encuentra con que su caso debe esperar a ser analizado después de una gran lista de espera.

En todo caso hay una serie de criterios que el Ayuntamiento debe seguir antes de conceder las ayudas, todas ellas basadas en una orden que se tramita desde la Generalitat. Aunque, lógicamente, como comentan desde el departamento “cada caso es único y no se puede generalizar en materia social”.

Pese a su pequeña población Canet se encuentra a diario con casos extraordinarios como encontrarse “ocho pisos en los que viven más de diez personas”, situaciones que el mismo departamento admite “de las que sólo nos enteramos cuando se genera algún problema por la convivencia masiva”. También se han encontrado a lo largo del año con “siete casos” de niños sin escolarizar, pertenecientes a tres familias diferentes y “provenientes de una clase social baja tanto cultural como económicamente”.


Viviendas hacinadas

Situaciones particulares a las que se enfrenta cada día la oficina de este departamento que observa, bajo una experiencia de más de 14 años, que “la población inmigrante es nómada y precisamente en esta localidad residencial, todo ello se da mucho más”.

Al respecto el departamento de Servicios Sociales de Canet hace una observación con lo del 0,7%. “Actualmente en España hay cuatro millones de inmigrantes, por tanto si queremos encontrar ese tercer mundo sólo hace falta quedarse aquí”, indican.