La compañía Behi-Bis estrena en el Titirijai una obra sobre la emigración

'El viaje de Mur' es una propuesta de marionetas alejada de lo convencionalEl grupo donostiarra protagoniza hoy una de las dos primicias del festival

Diario Vasco, ROBERTO HERRERO, 04-12-2008

DV. Uno de los dos estrenos absolutos que se van a presentar este año en el Festival Internacional de Títeres de Tolosa es el espectáculo El viaje de Mur, a cargo de la compañía donostiarra Behi – Bis. Cuenta la aventura de Mur, una niña africana que llega hasta nuestras costas en patera. Una función que no pretende ser didáctica, sino que busca emocionar a los niños.

Patricia Franco es la responsable de la compañía. En el escenario es la actriz y también se ha encargado de manipular las marionetas. En la dirección ha contado con la ayuda de Lierni Fresnedo, con la que también ha compartido la labor de escritura. Se han basado en el cuento de Roberto Santiago, 18 emigrantes y medio, y también en parte en un clásico tan conocido como Romeo y Julieta, de Shakespeare.

El hilo conductor de la función es Natacha, interpretada por Patricia. «Mi personaje es el de una trotamundos venida del Este y ella es la que cuenta la historia de Mur, que comienza en África, con las guerras como trasfondo». La intención del espectáculo «es contar las dos partes, tanto la de los emigrantes que llegan, como también la de las personas que aquí las reciben o que ven cómo sus vidas se cruzan con ellas».

Un tema oportuno

Mur se va a relacionar tras su llegada con niños de su edad y especialmente con Txema. Entre ambos niños surge una buena amistad, pero también llegan los problemas con otro chaval que rechaza a Mur por se emigrante y quiere que regrese a su país.

Pensada para espectadores de cinco a once años, Patricia piensa que hasta los siete años se quedan más con la parte estética de la función y es desde esa edad cuando ya entran en un tema que ella cree oportuno en estos tiempos. No buscan, sin embargo, hacer pedagogía. A Patricia le parece más interesante «que los críos se conmuevan, que se les cree curiosidad con lo que ven y, al mismo tiempo, que se lo pasen bien porque al fin y al cabo esto son marionetas y teatro».

Tampoco se apunta la directora de Behi – Bis al habitual final feliz tan usado en los espectáculos infantiles. «Esta obra es un poco triste porque no termina bien del todo. Hemos buscado en parte eso, ¿por qué no? En esta última etapa de mi compañía siempre hay un poco de toma y daca con el tratamientos de las historias que cuento. Surgen momentos de alegría y humor, pero a continuación ocurre algo que descoloca. Me parece que eso es algo que hace más completas las obras y, además, la experiencia me dice que a los niños les gusta».

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