28 heridos en una explosión de gas

La onda expansiva reventó un modesto edificio de pisos sociales de GavàLos vecinos trasladaron a 19 víctimas antes de que llegaran las ambulancias

El Correo, EL CORREO, 04-12-2008

Una explosión de gas ocurrida en la madrugada de ayer en un edificio de viviendas sociales de Gavà (Barcelona) causó heridas de gravedad a 28 personas, entre ellas siete niños, y obligó a desalojar a medio centenar de vecinos. El inmueble, construido en 1997 y situado en una barriada humilde donde residen un gran número de gitanos e inmigrantes, se quedó sin fachada y sufrió tantos daños en la estructura que tendrá que ser demolido. Al cierre de esta edición, seis adultos se debatían entre la vida y la muerte, al tener abrasado entre el 60% y el 90% del cuerpo. Otros tres niños sufrieron quemaduras entre el 15% y el 85%.

Según explicaron las autoridades, la explosión se produjo pasadas tres de la madrugada por causas no aclaradas. Los inquilinos de las viviendas – catorce familias en total – sintieron primero una brutal sacudida y luego tuvieron que salir corriendo para protegerse del fuego. Cuando los bomberos llegaron al barrio encontraron a varios individuos deambulando por la calle sin rumbo fijo, con la piel y la ropa quemadas.

El barrio hervía de indignación con los equipos de rescate, pues los afectados consideraban que tardaron demasiado en auxiliarles. «Este es un barrio marginal, pero todos somos personas. Nos han tratado como animales», denunció un damnificado.

Los servicios de emergencia reconocieron que, cuando llegaron, 19 heridos ya habían sido evacuados por el vecindario. «Hemos llevado en brazos a gente quemada y la hemos metido en coches para que la trasladaran al hospital. Sentíamos impotencia y miedo», denunció un testigo. Sin embargo, el conseller de Interior, Joan Saura, replicó que las autoridades reaccionaron de manera «ejemplar».

«Arrojarse a la calle»

Los testimonios recogidos al pie del edificio siniestrado, de dos plantas, confirmaron que la explosión fue muy violenta. Hanna, una inmigrante marroquí, pensó al principio que su piso había sido sacudido por un seísmo. «Pero enseguida pensé que una cosa así era muy rara en Gavà – relató – . Luego me asomé a la ventana y vi como explotaba una vivienda».

Los primeros vecinos que lograron ponerse a salvo se movilizaron para rescatar a quienes habían quedado atrapados dentro de sus casas. «Algunos querían arrojarse a la calle, pero llegamos a tiempo con las escaleras», explicó un inquilino. A pesar de las quemaduras, los heridos «sólo se quejaban de frío», ya que la noche era gélida y estaban a la intemperie.

La explosión dejó el asfalto sembrado de colchones que habían salido despedidos de los somieres. Entre los cascotes, ladrillos y cristales esparcidos por la calle asomaban maletas destripadas, lavadoras y muebles desvencijados. Las salas de estar y los dormitorios quedaron a la vista de todo el mundo, mientras que los inquilinos que resultaron ilesos fueron alojados temporalmente en un centro cívico.

La Generalitat no aclaró las causas del siniestro. Según el consejero de Interior, a los bomberos les avisaron primero de que había una fuga de agua en la vía pública, delante del edificio siniestrado. Antes de salir, los funcionarios dieron parte a la Policía local, que encontró varias baldosas levantadas e informó a los bomberos para que sacaran el camión. En ese momento, cuando ya habían transcurrido 19 minutos desde el primer aviso, se produjo la explosión.

Una vecina aseguró que unos técnicos habían estado en el inmueble el día anterior porque les habían alertado de un intenso olor a gas. De acuerdo con su versión, los empleados dijeron que había una fuga de agua. La empresa a la que pertenecen negó tener constancia de que se hubiera producido tal revisión.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)