Explica a cientos de inmigrantes que Cataluña «es una nación» CiU no está dispuesta a que con la inmigración del siglo XXI le pase lo mismo que con la del XX. En el río de los andaluces y extremeños pesca muy pocos votos, y no quiere repetir experiencia en el de los paquistaníes, los marroquíes y los sudamericanos. Para intentarlo, lleva unos días acercándose a los recién llegados y dedicándoles atenciones.

El lunes, los diputados de CiU presentaron en el Parlament a sus «parejas lingüísticas», a las que enseñan a hablar catalán. Ayer, Artur Mas montó un show con los «nuevos catalanes», un calco de la expresión con que el escritor Paco Candel hizo fortuna para referirse a la inmigración española. Fue un acto ideado por Angel Colom, ayer líder de ERC y hoy reciclado como secretario de inmigración de Convergència.

Cinco personas – un marroquí, una uruguaya, un paquistaní, una rumana, una china y un senegalés – le plantearon a Mas unas preguntas, muy presumiblemente teledirigidas. Las preocupaciones de todos ellos tenían que ver con la integración, con pequeños matices.Todos se esforzaron por hablar en catalán, y Mas les explicó qué les espera en la Cataluña del futuro, la que «pronto presidirá, como Obama preside Estados Unidos», según pronosticó Colom.

Los llamó a su lado uno a uno. Al senegalés, que le había preguntado por si sus hijos – ya nacidos en Cataluña – seguirán siendo inmigrantes, le dijo que no: «De hecho, hay catalanes de origen castellano, andaluz, gallego, pero son catalanes. Y sus hijos ya son catalanes de origen». Pero Mas, no conforme con ser un nuevo Candel, quiso reformular también el «viu i treballa» de Pujol, y añadió: «Sentirse catalán es también una voluntad vuestra, una conquista. Os pido que queráis a este país como queréis al vuestro».

Ante Patricia, la chica uruguaya, Mas se arrepintió por todos los catalanes que cambian de idioma con los castellanohablantes.En tono distendido, el líder de CiU explicó que el catalán debe ser «el idioma de comunicación normal del país». Admitió que el castellano «también es patrimonio» de los catalanes, pero que en condiciones normales el catalán debe ser la lengua «en el aula, en el patio, en las calles, en los bares, en las tiendas…en todas partes». No en vano, Cataluña, les explicó Mas, «no es una región española, ni una comunidad autónoma exactamente.Esto es una nación».