ALICANTE.

El Gobierno avala la versión de los agentes sobre la muerte de un ecuatoriano

ABC, A. R., 03-12-2008

La Guardia Civil instruye diligencias en relación con la muerte de un joven de origen ecuatoriano registrada el pasado lunes en el municipio alicantino de Torrevieja, que falleció cuando se disparó en el pecho con el arma reglamentaria de un agente después de un forcejeo, tal como publicó ayer este periódico.
A preguntas de los medios de comunicación sobre el dramático suceso, la subdelegada de Gobierno en Alicante, Encarna Llinares, explicó que «todos los datos que hasta el momento manejan los investigadores confirman lo que los guardias civiles implicados dijeron en ese momento de cómo se produjo la muerte del joven». Así, aseguró que «lo único que les puedo decir con respecto a este suceso es que, lógicamente, la Guardia Civil siempre investiga cómo ocurren los hechos, que se instruyen diligencias, que pasarán al juzgado y que estamos pendientes del resultado de la autopsia», señaló.
«Hay cosas por hacer»
«Hay todavía cosas que hacer». Así, Llinares señaló a los periodistas que «tendrán información puntual en el momento en el que esté todo clarificado».
Mientras, fuentes cercanas a la Guardia Civil manifestaron que no se ha abierto una investigación interna por estos hechos paralela a la oficial. Hasta que no se conocen los resultados de las investigaciones no se decide si se debe investigar la actuación de los agentes de forma interna, explicaron las mismas fuentes.
Los hechos que desembocaron en la muerte de este joven ecuatoriano de 32 años sucedieron en la tarde del pasado lunes en la calle Purísima, en el casco urbano de Torrevieja.
Según la versión facilitada por fuentes cercanas al Instituto Armado, el ahora fallecido requirió la atención de una patrulla de la Guardia Civil, que circulaba por el lugar. por lo que los agentes detuvieron el vehículo.
El joven se aproximó a la ventanilla del copiloto y, tras solicitar información sobre la situación de una determinada calle, esgrimió un cuchillo de cocina a la altura del cuello del agente iniciándose así un forcejeo entre ambos a través de la ventanilla del vehículo. En un momento dado, el arma cayó en el interior del coche patrulla.
Se rompió la funda del arma
Al parecer, el forcejeo entre ambos continuó en el exterior del vehículo y en el transcurso del mismo, el fallecido se agarró al cinturón del agente, lo que provocó que se rompiera la funda de su arma reglamentaria y ésta cayera al suelo.
Esa circunstancia fue aprovechada por el joven para apoderarse de la pistola y, a pesar del disparo intimidatorio del otro agente para que dejara el arma, se colocársela en el pecho para, sorpresivamente, descerrajarse un tiro que le ocasionó la muerte de forma fulminante. En el lugar de los hechos aparecieron varios casquillos, producto de los disparos al aire efectuados por los agentes.

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