«Oímos gritos de auxilio, pero no salimos por miedo»
Los vecinos del barrio de Galdakaodonde mataron el lunes a un jovencamerunés dicen que no vieron a nadie
El Correo,
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03-12-2008
Nadie sabe explicar qué hacia Armand S. la noche del lunes en Galdakao. La única certeza es que este joven camerunés de 28 años encontró allí la muerte tras recibir cinco puñaladas en el pecho. Sus allegados, conmocionados por el trágico final de quien era muy conocido entre la comunidad de Camerún residente en Vizcaya, no entienden cómo la víctima, que vivía de manera ‘legal’ en Barakaldo con su mujer y su hijo, llegó a un área montañosa «donde no tenía conocidos».
La Ertzaintza, por su parte, mantiene un mutismo absoluto sobre la investigación de este asesinato, el segundo que se registra en el territorio en una semana tras el homicidio del bilbaíno Gaizka Echevarria por parte de tres jóvenes ya detenidos. La Policía autónoma únicamente ha confirmado que el inmigrante fallecido tenía antecedentes policiales «pero no por tráfico de drogas» y, al parecer, no descarta un ajuste de cuentas.
El joven apareció apuñalado sobre las diez y media de la noche del lunes en una calle del barrio de Txistulanda, ubicado en la periferia de Galdakao, en plena ladera del monte Ganguren. El cadáver estaba tirado en la acera, en el punto más alto de la barriada, en una zona residencial poblada de chalés.
Varios vecinos escucharon a Armand pedir ayuda. «Oímos gritos de auxilio desde casa. Entonces me asomé al balcón pero no vi a nadie. El chico debió pasar pegado a las vallas de las viviendas y desde dentro esa parte no se ve porque las verjas son muy altas. No salimos por miedo», reconocía ayer una vecina de la zona. Ella y otros residentes se lamentan de que últimamente sienten inseguridad en un barrio, «que siempre ha sido tranquilo». «Se ve a gente merodeando y ha habido algunos robos. Por eso cada vez somos más desconfiados», explicaba otro vecino.
El otro lugar habitado de la zona es un centro de menores de la Diputación. Allí no oyeron ni vieron nada – aparte de casas y este centro aquí sólo hay una haurreskola y una iglesia – .
Armand cayó desplomado en plena acera, a la altura del portal 29. La Policía Municipal de Galdakao, la primera en acudir al lugar, encontró junto a la mano derecha del joven el cuchillo con el que fue presuntamente asesinado. Los sanitarios que llegaron después sólo pudieron certificar su muerte.
«Era muy querido»
El estupor con que los familiares recibieron la terrible noticia dejó paso a los interrogantes, que sus conocidos no pararon de hacerse ayer. El cadáver permaneció todo el día en los juzgados, y decenas de amigos de Armand acudieron en un constante goteo a su domicilio de Barakaldo a arropar a su viuda, con la que el fallecido tenía un hijo de apenas un año. «No tenía enemigos, era una persona buena», acertó a decir un portavoz de la recientemente constituida asociación de cameruneses de Vizcaya, a la que Armand pertenecía. «Era muy querido, un referente para todos. Llevaba en España más de cinco años».
Sobre el posible móvil del crimen no se aventuraron. «Tuvo un locutorio en Barakaldo, pero ahora no sabemos a qué se dedicaba. Se movía por la Margen Izquierda o por Bilbao, pero seguro que no conocía a nadie en Galdakao», insistían.
Vecinos del portal en el que residía en un piso de alquiler la víctima relataron que habían tenido que llamar a la Policía varias veces «porque se escuchaba a su mujer gritar». Aseguraron que sobre el joven pesaba una orden de alejamiento, pero la Ertzaintza no lo confirmó.
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